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Pensó que la llamada telefónica le daría algún tipo de tranquilidad, pero la verdad era que la dejó incluso más intranquila y afectada. No estaba en posición de juzgar las decisiones de nadie, pero tampoco podía ocultar lo mal que le sentaba todo lo que acababa de escuchar. Era obvio que no podía contarle a Minjeong lo que acababa de escuchar, en su condición tan delicada que se encontraba eso podía afectar en su recuperación, pero también le costaba mentir porque después de todo lo que había pasado, sin duda no se merecía algo así.

Volvió a la habitación sin la misma alegría de antes y volvió a sentarse junto a su amiga, tomó su mano y sonrió al sentir que los dedos ajenos se aferraban a los suyos. Minjeong de verdad estaba de vuelta. —Hablé con tus chicas. —Decidió no especificar para así no tener que dar información de más. —Todas están bien, pero todas se encuentran de viaje. Te gusta despertar en el peor momento ¿Uh? —Soltó una pequeña broma, agradecida de que Minjeong todavía no tuviera suficiente fuerza como para poder hablar.

Se quedaron así un buen momento, Minjeong no quería soltarla porque quería recordar constantemente que estaba viva y que no estaba soñando. No estaba segura de cuánto tiempo había pasado, pero comenzaba a sospechar que no habían sido un par de días.

Cuando Yunjin estuvo libre de moverse, decidió acercarse a las cartas que Yizhuo le había mencionado. Eran muchas y por suerte la mayoría tenía fecha, lo que le permitió ordenarlas en un orden semi-cronológico.

—¿Te parece si te leo alguna de las cartas? —Preguntó, porque aunque su mejor amiga le había pedido que lo haga, seguía siendo algo privado entre Minjeong y su novia y no quería entrometerse. La joven que permanecía pegada a su cama de hospital asintió levemente.

Mi hermosa Minjeong.

Leyó apenas esas primeras palabras y la mencionada ya tenía un brillo distinto en sus ojos. Yunjin desconocía si el contenido de las cartas era positivo o no, pero esperó que lo fueran para poder verla feliz una vez más.

Estoy cansada de verte y no tenerte. Hay días en que recuerdo todo lo que pasó esa noche y busco formas en las que pudiera haberte ayudado a no terminar como terminaste. Quizá tuve que ir yo a buscar el agua o tal vez tuve que cerrar bien la puerta de atrás ¿Habría cambiado en algo las cosas? Me gustaría creer que no y que este iba a ser siempre nuestro destino, porque no quiero lidiar con una culpa que no es mía. Admito que es difícil.

Mi mejor amiga te trató por años y me dijo que escribirte sería la mejor forma de estar a tu lado, pero soltándote un poco porque llevo prácticamente amarrada a este hospital y cree que no me hace bien ¿Estarás tú de acuerdo? Esa es la parte que más me cuesta: Saber qué harías tú. Porque decidimos vivir esta vida juntas, pero la vivo sin ti. Vivir con las suposiciones de qué dirías o que harías es cada vez más difícil, pero esta vez decidí hacerle caso a Giselle.

El trabajo va bien, todo lo que te comentaba sobre los logos resultaron perfecto y decidí utilizar algunos de tus dibujos para la nueva temporada de la línea de ropa de Tiffany. Las dos pensamos que era lindo tenerte presente en algo que seguramente será muy exitoso.

Nuestra niña insiste en venir a verte todos los días, pero tanto su psicóloga como Giselle me recomendaron que no haga de eso un hábito porque los hospitales suelen ser difíciles y aunque al principio se enojó conmigo, creo que de verdad la he visto un poco más animada desde que nuestros panoramas diarios no son venir a encerrarnos a tu habitación.

Te amo.

—Esa es la primera carta. —Yunjin sentía el pecho algo pesado después de leer las palabras que no eran suyas, pero que tenían un significado muy profundo. —¿Quieres que lea otra? —Una enfermera llegó para avisarles que en unos minutos se llevarían a Minjeong para hacerle algunos exámenes y Yunjin aprovechó eso para buscar la segunda carta.

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