Nunca había nuca tenido la suficiente certeza de saber porque las cosas decidían ser de una manera en concreta a veces a mi favor y a veces en contra.
Estaba en el sexto mes y sexto día desde que mi madre había muerto, la misa dominical comienza a las ocho en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos; algo igual que la vida de uno, no tienes más tiempo después del establecido, ni un minuto más del que uno pueda agarrar y seguir existiendo, pero si estamos hablando de vida, yo la contaría en segundos no en minutos.
El gran reloj colgado en la pared frontal de la cocina de mi casa robaba esa atención mía, viendo como el minutero aguardaba en su lugar mientras el segundero avanzaba; me encontraba en la barra de la cocina comiendo mi cereal de ojuelas.
Mi hermana Zenda bajó rápidamente por las escaleras hacia donde yo estaba, a pesar de ser mi hermana no compartimos muchas similitudes en cuanto al físico, se parecía mucho a papá y yo a ninguno de los dos, ella era pelinegra y yo pelirroja.
Sus pasos eran flojos y sin ganas de nada, no se dignó a decirme ningún "buenos días", era absurdo pedir eso de ella cuando ni siquiera podía regresar a verme a la cara; solo abrió el refrigerador, cojio una manzana y se fue tan rápido como había llegado devuelta a su habitación.
Mi padre no tardó en llegar por nosotras, nos recogía todos los domingos para llegar a misa, trabajaba en nuestra tienda familiar de reparaciones para neumáticos, nunca fue un hombre de muchas palabras, ni siquiera recuerdo algun afecto de cariño, ni uno solo y desde la pérdida de mamá tampoco regresa a mirarme a la cara.
- Necesito que cuides la tienda por mí después de la misa...puedes hacerlo?- pregunto mi padre.
Era un hombre de mediana estatura, no era delgado ni gordo, pero tampoco se tenía algo que decir de él; llevaba sus pantalones cafés caqui de siempre con una playera blanca y el logo de nuestra diminuta empresa grabado en la esquina, ese era su uniforme de siempre.
- De acuerdo- respondí.
No podía negarme a ninguna petición de mi padre, no podía ponerme por encima de los demás cuando sabía que los tres sufríamos el mismo duelo, aunque sabía que siempre daba preferencias a mi hermana porque era su favorita y siempre mostraba empatía por ella, pero conmigo nunca lo hacía.
Cuando ya era la hora de partir a misa, mi padre y mi hermana ya estaban arriba de la camioneta esperándome; antes de salir por la oye de la casa me di una pequeña revisión en el espejo de la entrada; vestía un vestido negro escotado y acampando al final con unas botas largas y una chamarra roja, no he mencionado que Rutherland es un pueblo bastante frío y siempre me veo obligada a cubrirme; mi cabello lo llevaba suelto como siempre, me gustaba de esa manera, que se formaran las ondas de manera natural y brillara el rojo con intensidad al toparse con un rayo de luz, era lo único que tenía en común con mi madre, el cabello ondulado y de la mano tal vez también la empatía.
No me importaba la opinión de las demás personas, éramos un pueblo no muy grande, la mayoría nos cocíamos entre todos y más a los Hassen, después de la tragedia, pero ya saben lo que dicen, más vale tener mil bocas por callar que una por hablar. Sabían nuestra situación actual, era regular que las personas me detuvieran en la calle y me dieran el pésame, a pesar de ser un caso que ya había cumplido seis meses la gente no olvidaba a los Hassen.
El ambiente habitual de la misa se sentía más pesado, más cargado de una energía que no podía identificar, lo había sentido de golpe al traspasar las puertas, como una masa de aire difícil de penetrar. La iglesia siempre fue un lugar de consuelo por mucho tiempo, incluso antes de su pérdida ella y yo veníamos solas aquí, me gustaba pasar el máximo tiempo con ella y acompañarla a cualquier lugar; pero ahora parecía solo un santuario lleno de inquietud.

ESTÁS LEYENDO
Lunares de Sangre
Fantasy¿Que pasaría si un día descubres que toda tu vida ha sido una mentira? Cleo Hassen, una joven aparentemente normal, descubre que es un lunar de sangre, una raza sobrenatural con habilidades especiales. Al ser atacada por una entidad oscura que busca...