Salir con alguien a quien no le importas es duro. Bueno, pues Eiza lo sabe mejor que nadie. Atsuno Tokoyoda, su novio desde hace años, es un chico coqueto, amable, guapo y deportista.
Eiza, ciega de amor, ignora los comportamientos de su novio, con...
El aula estaba llena de susurros. Sentía como todas las miradas se clavaban en mí, y cada vez que alguien reía, estaba convencida de que se reían de mí. Siempre que escuchaba fragmentos de conversaciones se me helaba la sangre.
—Dicen que Eiza fue infiel —dijo una chica a mis espaldas.
—Ya, ahora está con Kenma para olvidarse de Atsuno porque él no le hacía caso —comentó otro.
La culpa me consumía; había metido a Kenma en todo esto sin querer, y ahora, los rumores se extendían como el fuego. Invitarlo al club había sido un error monumental.
La campana sonó, avisando del cambio de clase. Salí al pasillo y vi a Kenma, otra vez. Llevaba dos días evitándolo, fingiendo no verlo cuando pasaba cerca. Mis manos empezaron a sudar cuando lo vi venir de frente con una expresión preocupada. No podía enfrentarlo, no después de todos los rumores que estaban corriendo, así que di media vuelta y me metí en el baño más cercano, esperando a que pasara de largo. Me miré al espejo, y decidí lavarme la cara para despejarme, me sentía como una cobarde al huir de esta forma, ¿por qué era incapaz de enfrentarme a las cosas? Ni siquiera era para tanto.
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De camino a la mesa de siempre del recreo vi a Kenma en la entrada del gimnasio hablando con Kuroo. Bajé la mirada y apresuré el paso, la culpa se acumulaba cada vez que me tragaba las ganas de acercarme a hablar con él. Estaba evitando a alguien que no merecía ser tratado así.
Atravesé el patio y finalmente me reuní con Emiko y Haruka. Me senté enfrente de ellas en nuestra mesa habitual y el tema de los rumores salió inevitablemente a la luz.
—La gente no para de hablar de Kenma y de ti —dijo Haruka, mirando a su alrededor.
—Lo sé, estoy distanciándome, al menos hasta que paren —hice una pausa—. Kenma es alguien tan tranquilo y pacífico, no se merece que lo incluyan en todo esto —suspiré sonoramente apoyando mi cara en las palmas de mis manos.
—Si Kenma es alguien con quien disfrutas estar y te gusta, no deberías alejarte de él —dijo Haruka.
—Kenma no me gusta de esa manera —rechisté, notando como mi tono era un poco más alto de lo normal.
—Me refería a que te gusta estar con él, Eiza —explicó Haruka mientras ella y Emiko se reían—. Y alguien puede gustarte de muchas maneras, no solo románticamente.
—Bueno, yo no voy a quedarme de brazos cruzados —cambié de tema rápidamente.
—Eiza, la gente siempre encuentra de que hablar, no deberías dejar que lo que diga la gente te afecte tanto —dijo Haruka consolándome.
—Además —agregó Emiko—. Por lo que dices, Kenma parece el tipo de persona que hace caso omiso a los rumores. Tal vez deberías hablar con él directamente.
