Todo transcurría de maravilla, ya tenía un mes trabajando ahí. Aunque algo me incomodaba un poco; Magnus se la pasaba coqueteando conmigo, me hacía sentir raro.
Y lo peor de todo era que yo me sonrojaba, la verdad es que Magnus me estaba empezando a confundir, me daba detalles y mi sueldo era mejor que el de los demás, aunque eso era injusto porque yo no hacia gran cosa.
Cuando estaba en el segundo piso subió Magnus y yo inmediatamente me sonroje, es que tenía una mirada un tanto provocadora.
—¿Alec estas ocupado?
—Si, un poco, estoy limpiando.
—Okay, ¿Puedes ir a cenar esta noche conmigo?
Joder, esto no esta bien es un hombre al igual que yo. Pero al mismo tiempo sabia que si me negaba probablemente me despediría.
—S...si.
—No te despediré si dices que no.-dijo Magnus riéndose.
—Lo sé. Pero si quiero, si quiero ir contigo.
—De maravilla.
—Pero no quisiera ir asi.-le dije mientras me miraba.
—Te recogeré en tu casa, ¿Esta bien?
—Si.-contesté y le di mi dirección.
El día se me hizo eterno, no paraba de pensar. ¿Que tal si Magnus quería "eso" conmigo?
dieron las 7 y me marché a casa.
Llegué y me di una ducha rápida, me puse la "mejor" ropa que tenía y me puse un poco del perfume que mi padre, antes de morir, me había regalado, la nostalgia entró a mi corazón pero decidí que era mejor ignorarla.
A las 8:30 sonó el timbre. Mierda era él.
Me puse rojo, ¿Por qué me estaba pasando esto? Baje rápido las escaleras y mi madre ya estaba en la puerta. Justo lo que no quería.
—Te busca tu jefe, Alec.-dijo guiñandome un ojo.
—Si, iremos a cenar.
Miré a Magnus, hoy no se veía tan raro. Llevaba un saco morado, pantalón negro al igual que los zapatos. Sus ojos..encantadores.
¿Que estas pensando Alec? ¡Eso no!
—Hola Alec, ¿Estas listo?
—Eh, s...si. Vamonos.
—En un rato lo traigo señora Lightwood. Lo cuido muy bien. Estara aquí pronto.
—Si, diviertanse.
Narra Magnus:
Si, claro que nos divertiremos Señora Lightwood, pero en la cama.
Quería tenerlo solo para mi, casi siempre caían demasiado rápido; pero Alec me estaba costando mucho. El chico se sonrojaba cuando me veía y cuando le daba detalles se ponía nervioso.
Pero quería que fuera mio ya. Lo más seguro es que me costaría mucho trabajo hacerlo mío.
Narra Alec:
Estaba nervioso, Magnus me ponía nervioso.
Ya en el auto me senti más tranquilo.
—¿Estas bien?-dijo Magnus.
—S...si. Sr. Bane.
—Dime Magnus, no estamos en el trabajo.
—Esta bien, Magnus.
Llegamos al restaurante, rápidamente nos atendieron. Supongo que Magnus tiene sus influencias. En menos de 20 minutos ya estábamos cenando.
—¿Qué te gusta hacer Alec?-me preguntó Magnus sin dejar de mirarme.
—Me gusta mucho dibujar.
—¿Que cosas te gusta dibujar?
—Comics y retratos.
—¿Algun día podrías hacerlo conmigo?...dibujarme claro.
Enrojeci, "hacerlo", mala selección de palabras.
—S...si. Claro, me gustaría. Tienes unos ojos encantadores. Seria maravilloso retratarlos.
—¿De verdad?
Narra Magnus:
Lo has logrado Magnus. El chico esta bajo tu dominio ahora.
Eres sumamente inteligente.
Lo único que faltaba era llevarlo a mi cama y disfrutar de lo delicioso que debe ser este muchacho.
Narra Alec:
—¿A ti que te gusta hacer?
—Me gusta mucho seducir... Y leer.
Estuvimos hablando más de una hora hasta que llegó la hora de irme a casa, mañana tenía que trabajar y no quería llegar tarde.
Magnus me llevo a mi casa, se estacionó afuera.
—¿Aceptaras volver a salir conmigo?
—Claro que sí. Eres divertido y me gustó pasar tiempo contigo.
—Eso es realmente bueno Alec.
Nos quedamos mirando hasta que Magnus acercó su cara a la mía y me besó. Si. Magnus me besó. Sus labios eran suaves y carnosos. Por alguna extrañana razón no me negue a que me besará. Pero después entro la culpa, me despegue de él y salí corriendo del auto.