Magnus estaba muy nervioso, había arreglado su habitación lo mejor posible porque hoy era el día.
Magnus y Alec llevaban un año y medio de estar saliendo pero ellos no habían tenido sexo porque Alec quería saber si sus intenciones eran buenas, antes de ser suyo.
Magnus había limpiado muy bien la habitación, la lleno de velas y adorno con flores, cambio las sábanas de la cama e intento hacer lo mejor posible.
No sabía como hacerlo. No sabía como hacerlo con cuidado. Magnus solía acostarse con mucha gente pero era sólo diversión, sólo eran noches de borrachera. Y esto era diferente. Alec era virgen y no quería lastimarlo. No sabía como hacérselo con cuidado.
Tenía miedo de arruinarlo todo.
Magnus se bañó y se alistó para cuando Alec llegara. También había salido de imprevisto a una farmacia a comprar condones y lubricante, por un momento se le había olvidado lo más importante. Cuando regresó Alec estaba sentado afuera de la casa.
—¿Por qué no has entrado garbancito?-dijo Magnus ayudándolo a levantarse.
—Olvidé mi llave.
Magnus abrió la puerta y los dos entraron, Alec se sentó en el sofá al igual que Magnus.
—¿Estás seguro Alec? Podemos esperar el tiempo que quieras.
—Estoy seguro... A decir verdad no quiero que me dejes si no lo hago contigo.
—Alec yo no estoy contigo sólo por eso. No niego que eres demasiado caliente y que me encantaría pero no se trata de eso. Yo te amo Alec, yo no estoy contigo por el sexo.-dijo mientras abrazaba a Alec.
—¿De verdad?
—Claro cariño. Si no estas seguro podemos esperar.
—Si...si quiero ha...hacerlo.
—¿Si? ¿Realmente seguro?
—Si.
—De acuerdo.
Magnus alzó a Alec y lo llevó hasta la habitación mientras lo besaba, lo recostó sobre la cama.
Alec lo besó apasionadamente mientras metía sus manos por debajo de la playera de Magnus.
—Espera se me olvido algo.
Magnus se levantó de la cama y fue a la sala por la bolsa de la farmacia.
Regresó al cuarto y volvió a acostarse con Alec, lo subió encima suyo mientras le lamía el cuello y posaba sus manos en el trasero del nefilim.
Magnus acostó a Alec y le quitó la playera, besó cada una de las marcas de su cuerpo y Alec jadeo.
Alec le quitó la playera y el pantalón a Magnus, el brujo se quedó pantalón y su erección se empezó a notar.
Magnus se subio encima de Alec y le quitó el pantalón junto con el bóxer y Alec soltó un jadeo.
Siguieron besándose hasta que el miembro de Magnus estaba muy duro.
—¿Estás listo?-dijo Magnus mientras lamía un pezon de Alec.
—S...si.
Alec le quitó el bóxer a Magnus y se lamió los labios, lentamente se acercó al pene de Magnus y besó la punta; el brujo soltó un gemido muy fuerte que hizo que Alec se estremeciera.
Magnus tomó un condón y se lo puso, después abrió el lubricante y le pidió a Alec que abriera las piernas.
—¿Puedes abrir un poco las piernas cariño?
—Mm...si.
Alec se puso en cuatro y abrió las piernas, Magnus tomó el lubricante y con un dedo lo empezó a esparcir sobre el pequeño agujero de Alec, éste soltaba pequeños jadeos.
—¿Puedes...hacerlo otra vez...?
Magnus no contestó, se limitó a colocar más lubricante pero esta vez metiéndole un dedo a Alec y después dos.
—Ah...Magnus.
—Y esto es sólo el principio.
Siguió metiéndole los dedos y cuando creyó que ya estaba listo se acomodó y volvió a preguntar.
—Voy a...a meter esto.
—No lo digas así.-Alec rió.
—Voy a poseerte corazón.
—Un poco mejor.-dijo Alec soltando una risa.
Lentamente Magnus metió la punta al orificio de Alec y este grito.
—¿Estas bien? ¿Te lastimé? ¿Te duele mucho?
—Estoy bien Magnus. Obvio que duele, me estas metiendo algo muy grande.
Magnus no dijo nada, sólo se sonrojó y volvió a meter su pene.
Lentamente lo metió hasta que estuvo todo adentro, tenía miedo de empezar a moverse, no quería lastimarlo.
Comenzó con movimientos lentos mientras Alec se acostumbraba a tener todo eso dentro, después aumento el ritmo mientras apretaba el trasero de Alec y le preguntaba constantemente si estaba bien.
El ritmo se hizo cada vez más rápido hasta que Alec sintió que algo se contraía en su cuerpo. El jamás había tenido un orgasmo entonces realmente no sabía que se sentía.
Magnus lo embistió más y más rápido, Alec gemia lastimosamente, sus gemidos excitaban tanto a Magnus ya que eran agudos.
Ambos llegaron al orgasmo y Magnus besó la espalda de Alec mientras salía de él. Alec sintió como algo le recorría el cuerpo y ese era el orgasmo.
Magnus subió a Alec encima suyo y entre besos le dijo que lo amaba.
—También te amo.
—¿Te ha dolido mucho cariño?
—Sólo al principio...tienes algo muy grande y yo soy pequeño.
—No es tan grande.
—Si lo es. Sólo miralo.
Magnus se sonrojó y miró el pene de Alec.
—El tuyo es igual de grande.
Alec se sonrojó y se tapó el pene con la mano.
—Cariño...¿Me dejas...chupartela?-dijo Magnus tomando a Alec del trasero.
—Oh yo no...no lo sé... No se si te guste.
—Claro que me gusta.
—Si...esta bien...
Magnus se levantó de la cama y sentó a Alec en la orilla, se puso de rodillas y abrió las piernas de Alec.
—Me da pena.-dijo Alec mirando hacia otro lado.
—Cariño mirame...observa como te hago mío.
Alec lo miró y vio como su pene desaparecía en la boca de Magnus, éste lo había metido de una sola estocada y lo sentía en la garganta.
Se lo sacó de la boca y empezó a lamer desde la base hasta la punta y podía escuchar como Alec le pedía que no se detuviera. Lo volvió a meter todo en su boca y daba grandes lamidas; sintió que Alec se iba a venir y lo metia más y más rápido a su boca.
Alec se corrió y todo su semen quedó en la boca de Magnus quien gustoso se lo bebió todo, tenía un sabor dulce como el cuerpo de Alec.
Magnus se levantó y se sentó a lado de Alec.
—¿Lo puedo intentar?
—¿Estás seguro?
—Si...quiero saber que se siente.
Alec se arrodilló y observó el pene de Magnus, era bastante grande y un poco ancho; Alec se acercó y besó la punta, después empezó a dar pequeñas lamidas mientras observaba a Magnus, los gemidos de parte del brujo se habían empezado a hacer presentes.
Alec intentó meterse todo el pene a la boca pero lo único que consiguió fue una arcada y de inmediato lo sacó.
—Tranquilo...vamos despacio.
Alec siguió metiéndose el pene a la boca pero sólo lo que le cabía.
Lo succionaba tan bien que los gemidos de Magnus eran cada vez más constantes. Después de un rato Magnus se corrió y Alec tuvo una sensación rara, no sabía si debía beberse el semen o escupirlo.
—No tienes que comerlo...si no quieres... ah.-dijo Magnus
Pero Alec lo sorprendió, se bebió todo el semen y pasó la lengua una vez más al pene de Magnus para dejarlo limpio.
Ambos se acostaron y comenzaron a besarse.
—Te amo Alec...eres mío. Sólo mío.
—Yo también te amo.
Se besaron hasta que ambos se durmieron.