Neuburg, Alemania
Parón del veranoLa melodía envolvente de una canción de Coldplay inunda la cocina del acogedor apartamento. Trabajando en equipo, conseguimos transformar el desastre de harina en una cocina impecable, como si nunca hubiera ocurrido ningún caos culinario. Observo a Charles mientras guarda los últimos platos en el lavavajillas y cierra la puerta con un gesto decidido.
—¿Listo? —pregunta, rompiendo el suave murmullo de la música.
Asiento y me giro para detener la canción. Charles se incorpora y sus brazos me rodean por encima del abdomen, su barbilla descansa en mi hombro derecho. La calidez de sus manos sobre mi piel, expuesta por el top que llevo, envía un escalofrío de electricidad a través de mí, contrastando con el frío de mi cuerpo.
—¿Qué te gustaría hacer? —rompe el silencio. —¿Ver una película?
—Sí —respondo en un susurro.
Charles se ocupa de buscar entre las recomendaciones de mi lista de películas, haciendo comentarios y bromas sobre las opciones románticas que abundan. Después de algunas risas compartidas, opta por una de esas sugerencias. Antes de empezar, hace una pausa para ir al baño.
De repente, dos timbrazos suenan, sobresaltándome. Mis ojos se dirigen instintivamente al reloj de pared: son las once de la noche. No espero a nadie, pero la curiosidad me lleva a abrir la puerta rápidamente.
—Oh, hola —digo, sorprendida por la persona que encuentro al otro lado.
—Hola, Natalia —saluda Thomas, acercándose para dejar un beso en mi mejilla. —¿Puedo pasar? —pregunta, y sin saber cómo negarme, asiento levemente y abro más la puerta. —Finn me dijo que tenías visita...
—Sí —interrumpo su frase. —Un amigo mío de España.
Thomas asiente mientras sus ojos escudriñan la sala.
—¿Ya se fue? —inquiere.
—Sí —confirmo. —¿Y qué haces aquí? —pregunto, elevando un poco la voz.
Mis nervios aumentan, preguntándome si Charles escuchará desde el baño y entenderá que tenemos visita.
—Salí a dar un paseo y decidí pasarme a verte. ¿Cómo te fue en el simulador? —pregunta, tomando asiento en el sofá, aumentando mi inquietud.
—Muy bien —admito. —Estoy ansiosa por volver con esas mejoras.
—Yo también me sentí bien —dice él, asintiendo. —¿Tienes sueño?
—Bueno, un poco —respondo, buscando un asiento frente a él.
—No quiero detenerte más entonces.
—No te preocupes —intento restarle importancia a su visita.
—En realidad, venía a proponerte algo —dice, rascándose la nuca y desviando la mirada hacia el suelo.
—¿Qué querías decirme? —pregunto.
—¿Te gustaría que cenáramos mañana?
—Lo siento, pero no puedo —contesto de inmediato. —Mi amigo se queda aquí dos días conmigo y ya tenemos planes. Podría ser otro día...
—Claro, sí, está bien. No te preocupes —dice, levantándose rápidamente del sofá. —Otro día cenamos. ¿Nos vemos mañana en el simulador?
—Sí —confirmo, abriendo la puerta para que se vaya.
—Genial.
Sonríe mientras las puertas del ascensor se cierran tras él. Cierro la puerta con un suspiro y me encuentro con Charles que aparece por el pasillo con una expresión seria.
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Racing Hearts | Charles Leclerc
FanfictionNatalia Sánchez, una joven con una ambición inquebrantable y una destreza excepcional al volante, desafió todas las expectativas en un mundo dominado por hombres: la Fórmula Uno. Desde sus primeros días en las carreras, Natalia destacó no solo por s...