You Are Mine | Slytherin Boys

2 | Dollhouse |

"Places, places, get in your places. Throw on your dress and put on your doll faces. Everyone thinks that we're perfect, please don't let them look through the cortains"

Si tan solo las cosas hubiesen sido distintas esa noche de invierno, en la que la luna estaba en su máximo esplendor y las estrellas bailaban al ritmo de la música, Alexia Grindelwald no estaría aquí.

Alexia nació en una familia adinerada, en la que su única preocupación era la de elegir vestidos caros para las miles de fiestas que su abuelo, el fundador de su apellido, hacía.

En aquellos tiempos, aunque todos desde fuera veían a la familia Grindelwald y a la pequeña Alexia como un ejemplo a seguir, la triste realidad era muy distinta. Sus peleas en casa eran constantes, Alexia era maltratada física y verbalmente por parte de sus dos padres.

- Alexia, tenemos que ser perfectos. Con ese cuerpo nunca lo serás, por favor, cámbiate la ropa, y si es necesario, utiliza una faja. - Ordenó la mujer sentada en la silla principal, con sus piernas cruzadas

- Si, madre. -

La pequeña Alexia, de tan solo 10 años obedecía lo que sus padres demandaban. De lo contrario...

- Te eh dicho que utilices un abrigo, Alexia. ¿Acaso no fui claro? - amenazó el hombre

- Pero padre...hacen 19 grados afuera, no necesito un abrigo. - justificó la niña

- ¡¿Me estás contestando?! - pregunto
el hombre acercandose a la niña.

- Lo siento, señor. -

El padre extendió su mano, pidiendole a Alexia lo que la venía torturando hace años.

Alexia al ver este gesto, ya sabía a lo que se refería.

Desabrochó con miedo el cinto que estaba enredado a su cintura, y se lo entrego. Luego, colocó sus dos manos encima de la mesa.

[...]

"Familia Perfecta" se escuchaba en el diario del profeta, y era lo que a Alexia más le molestaba, si tan solo esa noche hubiese sido distinta, no estaría sufriendo.

Esa noche de la que tanto se habla, fue el nacimiento de ella. Los doctores ya les habían comunicado a sus padres que su hija no iba a poder sobrevivir, ya que sus latidos eran leves, y antes de poder nacer moriría.

El padre se alegró, ya que el no queria una hija, deseaba un varón que le pudiese otorgar descendencia.

Pero aún así, la madre biológica de Alexia nunca se rindió, y confío en que su hija nacería saludable.

La amaba tanto, que dió hasta su último suspiro para qué Alexia pudiera nacer y crecer siendo una niña hermosa y saludable como ella soñaba.

Pero aunque la bebé pudo nacer, la madre murió al dar a luz.

Lo último que escucho, fueron los llantos de su amada niña, y ese, fue el mejor y último momento de su vida.

[...]

Cuando al padre le otorgaron la noticia del fallecimiento de su esposa, pero el nacimiento de su hija, quedó devastado.