Parte 31

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Perrie

Durante las siguientes dos semanas, todo lo que puedo hacer es permanecer de brazos cruzados y ver a Zayn caer en una espiral. Tiene una nueva rutina. Se despierta por la mañana. Va a clase. Va a entrenar. Después llega a casa y bebe y fuma hasta la inconsciencia.

Sorprendentemente, se estudia las lecciones y entrega las tareas. Cuando le echo un vistazo a uno de los ensayos que ha escrito, descubro que es bueno. Es como si le pasara las riendas a ese inteligente cerebro suyo que no quiere que los demás sepan que tiene y funcionara en piloto automático. Le pasa lo mismo en el hielo. Simplemente deja que su cuerpo fuerte y atlético, y sus años de experiencia, tomen el control y hagan el trabajo por él. Empiezo a sospechar que su corazón... qué coño, su conciencia, no desempeña ningún papel.

Tampoco lo hace su libido. Eso también ha desaparecido. Bueno, no, no del todo. Resurge en un tramo concreto de su embriaguez, en algún lugar entre el «puntito» y la inconsciencia. Pero yo le rechazo todas y cada una de las veces, porque el chico que me lanza unas muecas arrogantes y me susurra cosas guarras al oído mientras sus hábiles manos intentan como sea meterse por debajo de mi camiseta o dentro de mis pantalones... Ese no es mi novio.

Mi novio no quiere echarme un polvo solo cuando está borracho, y las sonrisas despreocupadas de mi novio no están provocadas por las drogas o el alcohol.

Zayn Malik echa polvos porque le encanta echar polvos. Y sonríe porque le encanta sonreír.

Este Zayn, borracho y drogado, es un intruso. Ni siquiera le importa que le diga que no me apetece, porque ni siquiera a él mismo le apetece. Son las sustancias que navegan por su sangre las que le hacen creer a su cuerpo que sí.

Está pasando el duelo. Me repito esas palabras a mí misma un centenar de veces al día. Me recuerdo a mí misma que Beau Maxwell está muerto, y que Zayn le echa de menos desesperadamente. Me regaño a mí misma porque me cabrea que esté gestionando la muerte de Beau de una manera diferente a la que yo elegiría.

Pero... joder, no sé cómo tomarme la forma en que lo está gestionando. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Llevarle a rehabilitación? No es alcohólico. No es adicto a las drogas. Y lo peor de todo es que el alcohol y la marihuana no tienen ningún efecto en su vida académica o en el hockey. El tío salta de la cama por la mañana y patina como un campeón o saca un diez en un examen.

Sin embargo, hay una cosa que falta en su rutina: los Hurricanes. Cuando la noticia de la muerte de Beau estalló, era como si el tiempo se hubiese detenido una semana. Zayn y Logan fueron dispensados de los entrenamientos de hockey por su amistad con Beau, y Zayn también se saltó los entrenamientos con los chavales. Me pareció que se trataba de una interrupción temporal. De una excedencia por el duelo, por llamarlo de alguna manera. Pero ahora que han pasado tres semanas, Zayn todavía se niega a volver. Le animé a que lo reconsiderase, pero todo lo que conseguí fue un no rotundo. Dijo claramente que no quería trabajar más con los niños.

Sospecho que es porque trabajar con ellos le aporta alegría. Y en este momento no quiere sentir alegría. No quiere sentir nada.

¿Yo? Yo siento un montón de cosas. Dolor. Frustración. Enfado, que a su vez conduce a culpa, porque, por el amor de Dios, ha perdido a su mejor amigo. No puedo estar enfadada con él.

Hoy me siento decidida. He decidido que Zayn no puede regodearse en el dolor para siempre. En algún momento va a encontrar la manera de salir de esta caída en picado en la que está atrapado, y cuando eso suceda no quiero que mire a su alrededor y descubra que ha perdido algo importante para él.

Los Hurricanes son importantes para él.

Aparco el coche de Zayn frente al campo de hockey de primaria y apago el motor. Ya llevaba cuatro cervezas cuando salí de su casa, donde me he instalado desde la muerte de Beau. Le dije que tenía que tomar prestado su coche para ir a comprar tampones. Truco vital: si no quieres que alguien te haga preguntas, di la palabra «tampón» y se termina la conversación.

Adicto a Ti (Zerrie Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora