Parte 34

2 0 0
                                    

Perrie

—No puedes rechazar el papel. —Hannah parece indignada de que me atreva incluso a sugerir tal blasfemia.

—¿Por qué no?

—¡Porque es un protagonista en una sitcom! ¿Qué pasa si la serie es un superéxito? ¡Podrías ganar un EMMY!

Me encojo de hombros y le doy un sorbo a mi café. Sé que esto es una locura. En serio, Ira ya repartió su propia dosis de incredulidad hace un rato, suplicándome que aceptara el trabajo. Pero cuando se trata de mi carrera, siempre le hago caso a mis entrañas, y mi instinto me dice que este no es un papel para mí.

—Aún no he tomado una decisión final —le digo a Hannah—. Me han dado hasta el miércoles. —Es sábado por la noche, lo que significa cuatro días enteros para pensarlo.

Mi instinto insiste en que no hay nada que pensar.

Me tienta la idea de llamar a Zayn y pedirle su consejo, pero me obligo a no hacerlo. Estoy demasiado acostumbrada a pasar mis decisiones por mi novio. Lo hice con Fletch, Sean, con Zayn, pero nadie puede tomar esta decisión por mí. Me concierne solo a mí.

Lo cierto es que me ha gustado estar sola estas últimas dos semanas. Es positivo pensar solo en mí misma por una vez. Pero echo de menos a Zayn. Mucho, mucho. Sé que le va bien, porque he acosado a Hannah para que me diese informes sobre su estado. Me contó que está trabajando otra vez con los Hurricanes. Ha salido al Malone's con los chicos un par de veces, pero, hasta donde sabe Hannah, solo se ha tomado un par de cervezas.

No hay ninguna foto en Instagram o Facebook liándose con otras chicas, pero una parte de mí todavía se preocupa por eso. Zayn es el tipo más sexual que he conocido jamás. Estoy rezando para que se esté masturbando mucho, porque no sé lo que haré si me entero de que se ha acostado con otra persona. No mencioné ese asunto en la cafetería, porque simplemente asumí que mantendría la cremallera de sus pantalones bien cerrada mientras me tomaba este tiempo para aclararme las ideas.

Quizá haya sido egoísta por mi parte, pero le quiero, y si me entero de que alguna chica ha intentado hacer algo con él, puede estar segura de que le daré una paliza hasta dejarla sin sentido. Zayn es MÍO. Y por fin estoy lista para reclamarlo. El tiempo de separación me ha servido para centrarme, pero ahora ha llegado el momento de recuperar a mi chico.

¿El único problema? Que Zayn está en Nueva York esta noche visitando a sus padres. Hannah me lo contó antes y me provocó un fogonazo de preocupación; es bastante extraño que vuele a Manhattan solo para una noche.

El sonido de mi teléfono interrumpe nuestra charla, y ahora estoy aún más preocupada cuando veo el número de mi padre.

Un segundo más tarde, su voz resuena en la línea.

—No quiero que te preocupes. —Es la forma que elige para empezar la conversación y, por Dios, ¡¿quién dice algo así?! ¡Ahora claro que estoy preocupada!

Dejo mi taza en la mesa de la cocina de un golpe y me pongo de pie. Hannah me mira alarmada.

—¿Qué pasa? —Exijo—. ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

—Te acabo de decir que no te preocupes, ¿no? —Dios, a veces realmente quiero asesinar a mi padre—. Me he resbalado un poco esta tarde, eso es todo. Pensé que me podría haber roto el brazo y he llamado a una ambulancia.

El miedo apalea mi pecho.

—Oh, Dios mío. ¿Estás bien?

—Estoy bien —dice con firmeza—. Es solo un esguince en la muñeca. No hay huesos rotos, lo prometo. —Se cuela cierto tono sarcástico—. Si quieres, puedo pedir al hospital que te envíen copias de mis rayos X.

Adicto a Ti (Zerrie Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora