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Narrador omnisciente.

𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑑𝑖𝑜𝑡𝑎. Pensó.

Lyna tenía en cuenta lo patán que Dawkins podía llegar a ser. Desde el primer instante en el que lo conoció, una pizca de curiosidad y cordura, la envolvió en intriga, supuso que si tenían un acercamiento amplio, podrían llevarse bien y acordar nuevas teorías sobre la medicina. Sin embargo, después de haber visto sus comportamientos en primera instancia, supo que nada sería fácil.

𝑌 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑠𝑖 𝑠𝑒 𝑡𝑟𝑎𝑡𝑎𝑏𝑎 𝑑𝑒 𝑒́𝑙.

No sabía si él, le sacaría canas verdes o si ella lo haría primero. Pero ambos tenían algo en claro:

𝑁𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑜𝑠 𝑠𝑒 𝑠𝑜𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎𝑏𝑎... ó por lo menos no de momento.

Después de su pequeña charla incómoda, cada uno se fue por su lado a seguir en lo suyo. Mientras que Lyna, continuaba, encargándose de limpiar algunas habitaciones; lavar sábanas, tirar cobijas y almohadas, revisar la comida y asegurarse de envolver la basura; Jack, permanecía quieto, viéndola en cada oportunidad que tenía, y si bien, había tratado de evitarlo, simplemente había algo en la chica que lo hacía querer mirarla más a detalle.

THE ARTFUL DODGER - Jack DawkinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora