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𝐋𝐀 𝐓𝐑𝐄𝐓𝐀 𝐘𝐀𝐍𝐊𝐄𝐄
Narrador omnisciente.
Si algo le molestaba más que cualquier otra cosa, eran las visitas. No solo las esperadas, también las inesperadas.
Odiaba no tener tiempo para sus estudios, así que, por lo regular cada vez que alguien llegaba a su casa, procuraba resguardarse en su habitación todo el resto del día hasta que se marchasen. Lo único difícil de la situación actual, era que está no era una vista común que venía un solo día. El señor Smales se quedaría por semanas, tratando de cortejarle, sin embargo, si eso no funcionaba se marcharía en el instante y Lyna haría que eso fuera tan pronto como en un abrir y cerrar de ojos.
𝑂 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑜 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑡𝑟𝑎𝑡𝑎𝑟𝑖́𝑎.
No tenia nada en contra suya pero para Lyna, no valia la pena que perdiera su tiempo con una persona que podía 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟 𝑒𝑛 𝑐𝑢𝑎𝑙𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒.
Y claro, mucho menos si no se amaban.
𝐸𝑟𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑢𝑝𝑖𝑑𝑜, 𝑟𝑖𝑑𝑖𝑐𝑢𝑙𝑜 𝑦 𝑚𝑜𝑛𝑜𝑡𝑜𝑛𝑜. No apreciaría el matrimonio y podría asegurar que Smales tampoco, después de todo solo era un compromiso al que ambas familias habían accedido.
