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El desayuno había sido de lo más común, con cierta tensión en el aire sin mencionar las miradas entre Seokjin y Samantha.

A esas alturas ya era algo normal.

Lo que actualmente destacaba era uno de sus sirvientes que se veía preocupado.

Seokjin estaba tranquilamente en el recibidor recién decorado, comía unos bocadillos que eran deliciosos y estaba tranquilamente escuchando las novedades que el ama de llaves le comunicaba acerca de cómo transcurrían las funciones de la casa.

Una de las sirvientas caminaba lo más rápido posible y se veía bastante alterada, antes de que pudiera comunicar lo que deseaba un hombre ingreso luciendo furioso y Seokjin palideció ante quien estaba frente a él.

Era el barón Park, quien ingresaba furioso.

Llevaba su cabello canoso, despeinado, algo que era impropio de la realeza, sin mencionar que, a pesar de llevar bastón, se movía rápidamente. Claro, si se contaba en cuenta que tenía una leve cojera que se sospechaba, era por intentar caminar rápidamente.

El enorme vientre grasoso sobresalía en su figura, además como siempre llevaba algunos botones sueltos para poder ingresar en dicha ropa.

Seokjin podía decir que, a pesar de tener esos horribles dientes amarillos, parecía un perro rabioso por cómo se pasó la manga por la boca.

Seokjin sabía a lo que venía el barón y la verdad era que no estaba preparado para ello.

También observó entre aliviado y extrañado al ver que su hermano mayor no estaba con el barón, pero eso no era importante en esos instantes.

Dios pensó que sería rápido para que lo descubrieran, pero no que fuera al día siguiente del primer baile al que se presentara.

—Los rumores eran ciertos, ¡¿Has contraído matrimonio?! —El barón, a pesar de estar con la suficiente distancia, daba miedo; además, el tono con el cual lo cuestionó le daba al doncel esa sensación de peligro.

Muchos rumores decían que el barón no solo era lujurioso, codicioso y muchos calificativos más, sino que también se decía que la esposa había sufrido muchos golpes por parte del barón cuando este no estaba de acuerdo con algo que su esposa decía.

Seokjin no creía mucho en ello; sin embargo, tampoco quería confirmar tales rumores.

—Señor, me temo que todo esto es inapropiado —el ama de llaves que se había acercado al hombre intentó hablar con él; sin embargo, no obtuvo nada.

El barón la había observado y realizo una cara de desprecio hacia el ama de llaves.

—No quiero hablar con la servidumbre —el barón le dio un empujón para apartarla, sin embargo, la pobre mujer se enredó con su vestido y terminó por caer.

Seokjin jadeó alterado al ver cómo ella caía y realizaba una mueca de dolor desde el piso, dejó el bocadillo que había estado por comerse antes de que todo iniciara e inmediatamente trató de levantarse para ir en ayuda de su ama de llaves.

Pero no pudo hacerlo porque el barón estuvo de pie frente a él muy rápidamente, se sentía vulnerable y pequeño, además sabía que cerca no había nadie para ayudarlo, excepto el ama de llaves que ya estaba herida y la sirvienta que había llevado antes del barón parecía que había desaparecido.

— ¡¿Te has casado?! —Seokjin no respondió y solo desvió la mirada e intento alejarse del barón para no responderle en situación de que el barón estallara en ira.

El barón tomó fuertemente al doncel por los cabellos para ver que este lo observara. Seokjin gimió ante el dolor por el fuerte agarre.

— ¡Responde! —Seokjin sabía que confírmale lo que el barón sospechaba sería su perdición, así que mantuvo los labios sellados.

El Doncel Del Conde Kim (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora