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Capítulo 5

Haerin casi se atora con su cerveza cuando Nayeon apareció en la escena nuevamente.

Estaba acostada en la cama, ambas piernas atadas en cada extremo de los postes de la cama y sus manos esposadas por encima de su cabeza. Sus piernas estaban abiertas de par en par y la cámara tenía una visual clara de su coño. Varios látigos, cadenas, y juguetes estaban a un costado de la cama tamaño king.

Solo se podía escuchar la voz de Mina. "¿Lista para tu castigo, Nay?"

"Si Ama"

Mina entró en escena, posándose sobre la cama. Su mano presionando justo por debajo de los pechos de Nayeon hundiéndola contra el colchón. La respiración de Nayeon se entrecorto y gimió delicadamente.

"Mmm. Tan sumisa. ¿Te gusta ser mi zorra, Nayeon? ¿Hace que el coño te pulse cuando te domino?"

Danielle ya ni si quiera trato de censurarse. Un gemido escapando de sus labios perfectos, llenando el aire. Haerin sintió como su sexo se contrajo con el sonido.

"Oh si, Mina. Me encanta." Nayeon se mordió el labio, levantando la mirada hacia su ama.

"Lo supuse." Mina se inclinó hacia abajo, succionando un pezón en su boca y mordiéndolo. Mientras Nayeon soltaba gritos de placer tratando de arquearse en su boca Mina mantuvo la presión en su pecho, forzándola a mantenerse quieta.

Danielle se movió nerviosamente en su sitio, sus piernas contrayendose. Haerin no pudo detenerse; escupiendo la pregunta antes de poder censurarla.

—¿La idea de alguien sometiéndote te moja?

Los ojos de Danielle se abrieron de par en par, dirigiéndose a Haerin quien la estaba mirando de vuelta. Se permitió un pequeño baile victorioso en su mente ante la participación de Haerin. Significaba que Haerin la deseaba tanto como ella deseaba a Haerin.

—Si —No podía mentir aun si quisiera— Nunca he estado atada antes. Jamás confié en alguien lo suficiente como para hacerlo, pero ahora mirando esto, me excita la idea.

Haerin asintió, sus ojos mirando la lujuria en los de Danielle.

—¿Confiarías en mí?

Danielle ni siquiera dudo.

—Sí.

Un grito de "¡Oh Dios mío!" de Nayeon y un fuerte manotazo hizo que Danielle y Haerin regresaran su atención a la pantalla.

Mina estaba ahora sentada a horcajadas encima de Nayeon, frente a sus pies y su mano se alzaba sobre su sexo. "¿Alguna vez te han azotado en el coño, Nay?"

"No... nunca"

"Empezaremos lento ¿ok? Quiero saber cuánto puedes aguantar."

"Ok."

Las caderas de Haerin se levantaron levemente y su mano se aferró al sillón cuando la mano de Mina cayó sobre Nayeon las primeras veces.

Fuertes y húmedos sonidos de azotes eran escuchados y las piernas de Nayeon estaban tensadas en los postes de la cama. Su sexo se estaba hinchando, enrojeciendo y humedeciendo con cada azote.

—Mierda —Haerin susurró mientras Nayeon solto un grito, sus caderas elevándose.

—Su clítoris se sentirá extra sensible después de eso —Danielle acotó, su voz más grave de lo normal. Haerin simplemente asintió, no confiando en que su voz se mantuviera calmada.

"¿Tuviste suficiente, Nay?" Mina pregunto, haciendo bailar sus dedos entre sus pliegues.

"Si. Por favor Ama. Por favor déjame correrme."

"Nuh uh uh." Mina sacudió su cabeza, quitando su mano y su toque. "Tienes que ser castigada primero"

Nayeon gimió. "Déjame compensarte."

Mina sonrió. "Estas tratando de librarte de tu castigo, Nayeon?

Nayeon se mordió el labio. "¿Tal vez ambos?"

"Así está mejor." Haerin se terminó el resto de su cerveza, antes de mover la lata a un costado para liberar su visión y poder ver solo la pantalla y Danielle. "¿Qué tienes en mente, Nayeon?"

"Quiero complacerte. Siéntate sobre mi cara para que pueda comerte y hacer que te corras."

Danielle jadeo y Haerin gruñó en placer.

—Mierda eso es sexy —Haerin exclamó.

—Asfixia erótica. —Danielle dijo algo asombrada— Es peligroso.

—Supongo que va junto con todo el aspecto de la confianza —Haerin comentó, mirando a Danielle.

—Supongo que tienes razón, Hae —Danielle sonrió brevemente antes de que sus ojos regresaran a la pantalla. Haerin sonrió para sí misma decidiendo ahí y en ese mismo instante que si para el final de todo esto Danielle admitía que la deseaba, iba a poner su mundo de cabeza.