☆NUDO Y LAZOS DE SANGRE☆

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La mañana salada saludó a los formidables capitanes en espera de su Señor Comandante

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La mañana salada saludó a los formidables capitanes en espera de su Señor Comandante. Si bien, los problemas que discutirían no afectaban enormemente el trabajo de la isla, empezaban a crear un patron que les preocupaba.

Al llegar Lord Corlys a la cubierta de su barco principal, no les pareció extraño verlo acompañado de la menor de sus hijas. Ninguno de esos honbres sabia si podia considerarse que la pequeña damita habia siquiera dejado de ser un bebé, pero nunca la habían visto comportándose como un infante común entre tantas veces que el Heredero de Driftmark la llevaba y no les importaba tenerla alrededor. Podrían incluso olvidarse de su presencia de no ser por los altos y robustos caballeros que siempre la acompañan.

—De caballeros del Lord a niñeras armadas, ¡Van en ascenso!— habían dicho en broma una noche que los marinos se los encontraron con varios tragos encima.

Pero por mucho que quisieran sacarlos de sus casillas, a los caballeros parecía no importarles mucho su trabajo. Antes no hacían mucho porque Lord Corlys los relegaba de sus funciones más a menudo de lo que les permitía cumplirlas. La Serpiente Marina no permitiría que se le considerara un viejo indefenso. Además su situación era mejor que la de ciertos guardias de un príncipe en Kingslanding, según habían observado las pocas veces que estuvieron allá.

—¿Qué estamos esperando para comenzar la reunión?— preguntó con tono de diversión el Señor de las mareas.

Hizo una seña al cabo Rosco quien usualmente era quien distraia a Laenys durante las platicas más tediosas. Desde uno de los primeros encuentros en los barcos, cuando la niña exploraba y se topo con este haciendo todos los nudos de nuevo como castigo por algo. Aparentemente quedó fascinada y no dejó de observarlo hasta que terminó.

Entrada la noche, con muchas copas encima, el cabo admitiría que la mirada de la joven Velaryon había sido la más intimidante que había visto en un niño. Sin embargo, la impresión que dejo tuvo que ser buena porque desde entonces, cada vez que la noble familia estaba en ese barco, le pedian que le enseñara a la niña sobre nudos.

En la cabina del capitan, sus marineros más allegados se turnaban para exponer sus preocupaciones y los hechos que habían estado experimentado en recientes viajes. Cada evento fue cercano a las rutas hacia Pentos, lo que hizo pensar en la mayor de sus hijas, quien había decidido muy recientemente asentarse por la zona. Esta había estado viajando con el canalla Targaryen que acogió como esposo, yendo de punto a punta por todas las Ciudades Libres, pero al menos visitaba cada varias lunas en un intento de compensar la forma en que había iniciado su vida matrimonial.

De hecho, en esa misma semana, Laena había enviado un cuervo avisando que pronto iría con noticias extraordinarias. Laenys estaba emocionada. Sorprendentemente la relación de hermanas era fuerte pese a la diferencia de edad. Laenys amaba la voz de la mayor y por ello ambos padres habían sido desplazados como narradores favoritos, ahora siempre que podia quería que ella fuese la única en leerle. Por su parte, Laena había hecho saber a sus padres que no veía el momento en que pudiese llevarse consigo a su hermana para que conociera las maravillas fuera de la isla.

The Driftway| House of Dragon What if...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora