Fragmentos de Oscuridad

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Días después de su sesión con la Dra. Evelyn Harper, Castiel Sinclair se encontró sumido en una tormenta de pensamientos oscuros y revelaciones perturbadoras. Las sesiones con Evelyn habían empezado a destapar recuerdos enterrados y fragmentos de su pasado que se sentían más como pesadillas que como realidades. La paranoia y el miedo comenzaron a consumirlo mientras intentaba encajar las piezas de su mente fracturada.

Una mañana, mientras Castiel aún trataba de procesar sus propios pensamientos, recibió una llamada devastadora. La voz al otro lado de la línea era del jefe de policía, informándole con tono grave que la Dra. Evelyn Harper había sido encontrada muerta en su consultorio. La brutalidad del crimen dejó a Castiel atónito, su mente incapaz de procesar la magnitud de la tragedia.

Los noticieros no tardaron en transmitir la noticia, y pronto apareció una grabación de seguridad que mostraba al asesino en acción. Las imágenes eran espantosas: Evelyn luchaba mientras el asesino la atacaba con una furia inhumana. La cámara capturó cada momento, desde el primer golpe hasta el último aliento de Evelyn. La brutalidad del acto era indescriptible.

Castiel miró la grabación con una mezcla de horror y confusión. El asesino en el video se movía con una precisión y un sadismo que le resultaban perturbadoramente familiares. Pero lo que realmente lo destrozó fue la última imagen: el asesino giró la cabeza hacia la cámara, y por un breve instante, Castiel vio su propio rostro reflejado en la pantalla.

El miedo y la duda comenzaron a consumirlo. ¿Podría realmente ser él el asesino? ¿Podría una parte de su mente estar perpetrando estos crímenes mientras él no era consciente? La posibilidad de ser esquizofrénico, de tener una doble personalidad, lo llenaba de un terror paralizante.

Esa noche, en su apartamento, Castiel no pudo encontrar paz. Se miró en el espejo, buscando alguna señal de la oscuridad que sentía dentro de sí. El reflejo parecía moverse, distorsionándose en formas que no eran naturales. Era como si el espejo mostrara no solo su imagen, sino también la verdadera naturaleza de su alma.

La paranoia y el miedo se apoderaron de él. Empezó a cuestionar cada uno de sus recuerdos, cada acción. Las líneas entre la realidad y la pesadilla se difuminaban cada vez más. La imagen de Evelyn, muerta en su consultorio, lo perseguía constantemente. No podía escapar de la sensación de que estaba perdiendo el control de su propia mente.

El departamento de policía, al ver su estado mental deteriorado y el impacto emocional de los eventos recientes, decidió darle de baja temporalmente. Necesitaba tiempo para recuperarse, para enfrentar sus demonios internos. Pero para Castiel, el descanso forzado solo amplificó su sensación de aislamiento y desesperación.

Desde la perspectiva del asesino, la escena era fría y calculada. La figura en la oscuridad limpiaba meticulosamente las huellas de su último crimen. Cada movimiento era preciso, cada acción planeada con una eficiencia escalofriante. Había una calma en su proceder, una tranquilidad que solo podía venir de alguien completamente en control de su oscuridad interior.

El asesino observaba el cuerpo sin vida de su víctima, su rostro una máscara de serenidad. Para él, esto no era un acto de locura, sino una expresión de su verdadera naturaleza. La limpieza de la escena del crimen era casi ritualística, un acto final que borraba cualquier rastro de su presencia. No había remordimiento, no había dudas, solo una certeza absoluta de que estaba cumpliendo con su destino.

Con cada huella borrada, con cada rastro eliminado, el asesino se aseguraba de que su verdadera identidad permaneciera oculta. Pero en el fondo, sabía que la dualidad de su existencia era una verdad que eventualmente saldría a la luz. Y cuando eso ocurriera, solo habría una pregunta que importara: ¿quién era realmente Castiel Sinclair?

Reflejo Oscuro: La Sombra Interior Donde viven las historias. Descúbrelo ahora