Divino [EN PAUSA]

Capítulo 7

Renjun ronronea de gusto, restregándose en las sábanas de seda. Extiende la mano para buscar a alguno de sus esposos dispergados en la cama y termina encontrando a Jaemin, dado el tamaño de su bíceps. Mueve su mano hacia el pecho de éste y lo aprieta un poco, sonriendo con los ojos cerrados. Alguien le toca el muslo y le da un jalón, causando que termine de despertar. Mira entonces el desorden en su habitación.

Hacía unas horas habían tenido su fiesta navideña; tomando alcohol, jugando juegos de bebida, comiendo felizmente en familia y compartiendo las cartas como palabras de aliento entre todos. Por culpa de Johnny y Lucas se había embriagado hasta los extremos y, entre algunas imágenes vagas, recuerda haber hecho el ridículo «como nunca, si es sincero»; aunque por suerte sus padres y los padres de sus amigos se habían retirado horas antes de que eso sucediera, por lo que sólo la manada lo había presenciado.

Ah, y también se había comportado de forma muy explícita y desvergonzada en la cama, pero eso era algo que sólo Jaemin y Jeno tenían derecho a ver.

El suelo de su habitación está cubierto de algunas sábanas que habían desechado, teniendo que conformarse con la única que arropaba la cama. Incluso las almohadas estaban desperdigadas en algún mueble o las sillas de los escritorios. Jaemin tenía labial corrido en la boca que Ten les hizo ponerse al perder en los retos y Jeno tenía una perforación mal hecha en la ceja que a Yangyang le había parecido buena idea en el transcurso de la madrugada.

Además, los tres estaban desnudos, todavía cubiertos de los fluidos secos que se les había pegado por no haberse duchado después del sexo.

Jeno mantiene su pierna cautiva entre sus dedos mientras sigue durmiendo, apretando de vez en cuando por, seguramente, soñar algo interesante. Jaemin, por el contrario, no se mueve un milímetro, pareciendo un muerto que habría asustado a Renjun si no viera su pecho subir y bajar al respirar. Renjun se estira al erguirse en la cama y exhala complacido, probando después su aliento matutino.

Le da una mirada a su par de esposos y se ríe del estado en el que se ven, yendo por su teléfono para sacarles unas fotos. Primero por separado y después juntando su rostro sonriente o dándoles besos, viéndose divertido y entretenido. Guarda las fotos en la caja fuerte de su teléfono «para evitar que ciertas personas las encuentren y se burlen», y se dispone a levantarse para darse un baño.

Mira en su teléfono que son las 6 de la tarde, así que intuye que la mayoría ya se ha movilizado o están dormidos, si es que Lucas no se movió de la sala y quiénes se quedaron con él cayeron noqueados por el sueño. Se adentra al baño y se da una ducha, suspirando de satisfacción al quedarse un buen rato en la tina. «Le agradecía internamente a Jeno cada vez por sugerir la idea». Se relaja en el agua un buen par de minutos tras darse un baño completo y al sentirse listo sale de nuevo.

En cuanto abre la puerta, nota que Jeno se está despertando y se restriega la cara para desperesarse por completo. Le abre los brazos en cuanto lo ve, por lo que Renjun se acerca a besarlo, aunque toma sus manos sin permitirle abrazarlo. ―Primero un baño. Estás sucio, mi amor ―menciona, recibiendo un asentimiento.

Jeno le acaricia el trasero antes de levantarse e ir hacia el baño. Renjun deja salir una risita al ver qué la perforación se halla en la parte más cercana al medio de sus cejas y no en el costado como debía ser. Era una pequeña argolla que Renjun no sabía de dónde Yangyang la había sacado.

Se sienta en la cama, a un lado de Jaemin, y sonríe al verlo dormir, todavía ajeno al resto del mundo. Le gustaba verlos dormir, siempre lucían tranquilos y en paz, como si nada pudiera perturbarlos. Le acaricia el rostro con mesura y besa su frente, viéndolo acurrucarse contra él. Se quedan así hasta que Jeno sale de la ducha, secándose con una toalla aún. Se dirige a ponerse unos shorts y una camisa, sentándose después en la cama, a un lado de Renjun.