El ascenso de una reina y la caída de un rey.
El heredero al trono, está muerto, su hermana menor, pero siguiente en la línea, va a sustituirlo.
Anna Diana Elizabeth Taylor Mary, con suficientes nombres como para confundir a una persona, tendrá que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈
"Días par"
- War Of Hearts.
⋇⋆✦⋆⋇
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•
Sólo pasaron unos cuantos días desde el inicio de su nueva dinámica. Ninguno podía quejarse, de hecho, tanto Benedict como Anna aceptaban que los días pares eran una buena estrategia, una estrategia muy placentera. Y aunque ninguno de los dos lo dijera, lo disfrutaban mucho. A cierta hora, cuando ambos estaban desocupados, sus ayudantes se encargaban de recordarles que se trataba de día par, algo que claramente ellos tenían bien en mente, pues deseaban que llegara ya la hora, pero, no lo admitían de frente. Ya fuera por orgullo o miedo, no importaba, pues ninguna de esas cosas influía a la hora de estar juntos. En sus besos, se notaba el anhelo que sentían, así como el enojo que Benedict aún experimentaba desde que Anna lo alejaba.
En la manera en cómo Anna se aferraba al cabello de Benedict, le decía a él lo mucho que deseaba tenerlo cerca, y ese preciso día, en ese preciso instante, Anna se aferraba a él de una manera no antes imaginada. Los besos y las caricias no eran necesarias, los dos sabían que podían engendrar a un heredero sin todo aquello, había cientos de matrimonios que cumplían su deber de esa misma manera. Pero la diferencia entre el matrimonio de Anna y Benedict y el de otras personas, era que de por medio... había deseo. Ambos se gustaban físicamente, se deseaban, y por Dios, cada que se encerraban en una habitación, tardaban mucho en salir. Los dos lo disfrutaban, y de no ser por su pelea, seguramente su luna de miel continuaría.
Aunque Anna estaba dispuesta a pedirle disculpas a Benedict por aquella noche. Sí, ella reconocía lo mal que había estado, y lo cruel que se vio al dejar de lado a Benedict, al no responderle a la confesión de amor que desde su corazón expresó. Pero tampoco podía contarle sus pesares, algo extraño, pues antes de que su padre muriera, y mucho antes de que Benedict y Anna se involucraran románticamente, ella se sentía en confianza con él, cómoda, dispuesta a contarle sus malas vivencias, pero ahora..., le costaba. Sabía que una disculpa implicaba una demostración, una muestra que de verdad te sientes arrepentido, y esa muestra para Benedict, era Anna sincerándose y contándole todo su pasado. Bueno, ella intentaría evitarlo a toda costa. Así que pensó en algo más posible, algo, simplemente alguna cosa que llenara el corazón de Benedict, lo suficiente.
