El ascenso de una reina y la caída de un rey.
El heredero al trono, está muerto, su hermana menor, pero siguiente en la línea, va a sustituirlo.
Anna Diana Elizabeth Taylor Mary, con suficientes nombres como para confundir a una persona, tendrá que...
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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐈
"Luna de miel"
- War Of Hearts.
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⚠️ ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS NO APTAS PARA TODO TIPO DE PÚBLICO ⚠️
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Tan pronto lanzó aquel papel lejos de ellos, Anna le dio un suave beso a Benedict, uno corto, y muy tierno, que hizo a Ben arrugar la nariz y sonreír de felicidad. Esperaba que después de la "luna de miel", él pudiera vivir con ella en Buckingham, en St. James, no importaba en que palacio, siempre y cuando... estuviera él. Porque ella se estaba dando cuenta, que el significado de la palabra "hogar", no se refiere a un lugar, sino a cómo te hace sentir, y para Anna, ahora Benedict era hogar. Era su familia, ¿no? Eso pasaba cuando te casabas y te ibas lejos, a vivir con tu nuevo esposo. Aunque claro, este matrimonio era diferente.
Era Anna la que se había llevado a Benedict de su hogar, de un lugar tan cálido, lejos de sus hermanos. Era Anna quien había convertido a Benedict en un duque, un príncipe. Al parecer, los papeles se habían intercambiado esta vez. Y pese a que Anna temió tanto que a Benedict no le gustara la idea por algún pensamiento machista, bastante arraigado en las mentes de los caballeros en Londres, la verdad era que todo lo hizo con una sonrisa. Claro que sí, tomando en cuanta en el lío donde casi se metían los dos después de aquella noche en Aubrey Hall, Benedict tenía que cumplir su palabra. Pero a Anna le alegraba mucho que él no renegara en ninguna ocasión.
Y eso la hacía amarlo más, pues a pesar de que no expresaba a viva voz... que la amaba, sus acciones decían todo lo que necesitaba oír. Y eso bastaba para ella, sí. Aunque siempre se hiciera ideas y pensara en cosas fuera de lugar cuando sentía que las personas se alejaban. Aunque necesitara de palabras de afirmación además de acciones. Parecía ser algo muy exigente, pero... su mente funcionaba de esa manera. Nadie la quería cuando era pequeña, sólo William, pero Will era su hermano, y era obligatorio que como familia, se quisieran, sin embargo, para ninguno era una obligación, se querían porque de verdad había una relación fraternal, de amistad, entre los dos.
Pero fuera de eso..., la verdad era que siempre los niños eran malos con ella. Y claro, probablemente ahora esos niños (ya adultos), estuvieran arrepintiéndose por haberse burlado de la ahora reina de Inglaterra. Pero en ese entonces, nadie pensó que Anna llegara al trono. Siempre fue el reemplazo, un reemplazo que era casi imposible que fuera utilizado. Pero la vida da mil vueltas, y ahí estaba, sentada en el castillo de Windsor, tomando de la mano a su marido, quien ahora era su consorte, y ella la reina. Repentinamente, pensó en Benedict de niño, y si él hubiese sido parte de los niños que la molestaban, o si se hubiera animado a jugar con ella.
