04.

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Al día siguiente Chenle había despertado en la casa de Renjun, Karina los había dejado a ambos en su hogar unas horas antes, cuando decidieron dejar la fiesta.

No era raro para Chenle quedarse en la casa de Renjun, de hecho estaba muy acostumbrado, se conocían desde que eran adolescentes. Además, hubo un tiempo en el que tuvo que vivir con Renjun porque los alquileres estaban muy caros.

— ¿Sabes qué mierda le metieron a esas bebidas? —eso fue lo primero que Renjun le dijo al verlo.

— Buenos días Renjun, yo dormí muy bien por suerte.

Renjun ignoró su comentario y siguió mirando el suelo, como si las respuestas de todas sus crisis existenciales estuvieran ahí. Chenle por otro lado, se sirvió un poco de café y observó a su amigo disociar.

— ¿Te encuentras bien?

— No recuerdo la mitad de lo que sucedió anoche. —su mirada ahora se encontraba con la suya— ¿Hice algo estupido?

Sería mejor no comentarle que lo había visto con Haechan.

— No hiciste nada estupido, a menos de que bailar con desconocidos cuente como eso.

— Gracias a dios. —el color que había perdido volvió a su rostro— Estaba preocupado por hacer algo de lo que luego me iba a arrepentir.

Chenle bebió de su café, recordando los sucesos de la noche anterior, su pequeña interacción con Jisung todavía lo tenía pensando. Había sido mucho más amable de lo que había pensado, aunque supone que fue porque estaba de buen humor (quitando el hecho que de obviamente estaba bajo los efectos de lo que había inhalado).

— Ayer me encontré con Jisung. —soltó sin pensarlo.

La mirada de Renjun se dirigió rápidamente hacia su rostro, era una clara señal para que siguiera hablando.

— Cuando los perdí, me encontré con él y me ofreció de su bebida. —omitió la parte donde lo encontró drogandose por su propio bien— Fue bastante amable, no lo imaginé así.

— Es lo mínimo ser amable, Chenle. No te ilusiones.

Odiaba que Renjun lo conociera tan bien, sabía lo que pensaba sin siquiera decírselo.

— Tienes razón.





Salió de la casa de Renjun horas después de desayunar, ya que tenía un turno en el café. Odiaba trabajar después de ir a una fiesta, tenía suerte de que su turno fuera en la tarde y no en la mañana, de ser así estaría hecho un desastre.

Siguió su rutina habitual para su camino al trabajo, gracias a que Renjun vivía un poco más lejos, le daba tiempo para comer algo durante el camino; unas galletas fueron su elección. Se dió el tiempo de admirar su alrededor y pudo divisar a varios niños jugando en el parque, había una niña llorando en el arenero y a su lado un castillo a medio construir. Sintió pena por la niña, pero no podía darse el lujo de ayudarla o llegaría tarde a su trabajo.

Después de cinco minutos llegó a la cafetería, Sungchan lo recibió con una linda sonrisa y le ofreció su delantal. Los horarios suyos y los de Sungchan eran los mismos, por lo que se encontraban muy a menudo.

— No luces como si hubieras tenido una buena noche.

— Tuve una buena noche, pero no dormí muy bien.

Tomó su delantal y comenzó a ponérselo, dentro de unos minutos comenzaría su turno y quería estar listo.

— ¿Puedo saber? —Sungchan lo miraba con curiosidad, él no podía negarse a esa petición.

fast & furious | chenji Donde viven las historias. Descúbrelo ahora