Pequeño Licántropo

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-Te odio. – Le dije con molestia mientras lo observaba con seriedad.

- ¿Por qué? Aun no entiendo ¿Qué estabas soñando que te molesta tanto? – Me preguntó con seriedad.

-No te interesa. – Le dije con seriedad.

-Si me interesa, por algo te pregunto. – Dijo Nathaniel mientras masticaba su comida.

-Ya cállate. – Le dije con molestia, terminando de comer. – Iré a hablar con Zack.

Me levanté de mi asiento y me dirigí a hablar con Zack, quien estaba con su grupo de amigos.

- ¿Ya llegaron? – Pregunté con una sonrisa, observando a Michael con amabilidad.

-No señorita, aún estamos de camino. – Me dijo Michael con ironía.

-Ok, ok. Sé que fue tonta la pregunta si los veo aquí. – Dije con una leve sonrisa. - ¿El viaje fue agotador? – Les pregunté con amabilidad.

-Tu asistente es bastante amable. – Dijo Michael con una sonrisa. - ¿Dónde la encontraste? – Le preguntó.

-La verdad, de eso es lo que tenemos que hablar. – Dijo Zack con gracia, llamando la atención de todos los que estaban reunidos.

- ¿Qué pasa? – Preguntó Michael confundido.

-Ella no es mi asistente, es la líder de este grupo. – Informó Zack con seriedad, provocando que todos quedarán en silencio.

Nadie decía nada, aparentemente estaban sorprendidos por la noticia, ¿y que no? Si yo solo era una niña en comparación a ellos. Al menos en este cuerpo físico yo era solo una enclenque, y ellos unas bestias.

-Debes estar bromeando. – Dijo Michael con seriedad. - ¿Cómo una niña va a ser nuestra comandante? – Michael estaba molesto, se notaba en su expresión, e incluso en su cuerpo, tenía sus músculos tensados.

- ¿Te parece que te estoy haciendo una broma? – Preguntó Zack con una sonrisa ladina. – Yo jamás te he mentido con temas así.

-Es que me resulta irracional que ella vaya a ser nuestro líder. No podemos confiar en una niña. Solo mírala, es delgada y debilucha, cualquiera nos derrotará con un líder así. – Dijo Michael molesto.

- ¿No confías en sus habilidades? – Le preguntó Zack a Michael con un tono de burla.

-No, no confío. – Dijo Michael, manteniendo ese tono de desagrado en su voz.

-Entonces les sugiero un trato. Michael, enfréntate a ella, y si ella gana, acatarás sus reglas. – Dijo Zack con una sonrisa. – Y si tu la vences, todos ustedes pueden tomar sus cuerpos y devolverse a su pueblo. Es un trato justo, no los haría perder el tiempo si ella no fuese capaz de derrotarte. – Dijo Zack entre carcajadas.

-No te rías, sabes perfectamente que eres la única persona que ha logrado vencerme. Dudo que una niña lo logre, es más, no lo logrará. – Dijo Michael con confianza.

-Entonces ¿aceptas? ¿Están todos de acuerdo? – Zack preguntó en voz alta, quienes inmediatamente aceptaron con un leve gesto de cabeza.

-Esta bien, aceptaré. Pero es solo para demostrarte que depositas tu confianza a quien no debes. – Dijo Michael con seriedad.

-Te arrepentirás bastante de tus propias palabras. – Dijo Zack con gracia.

Ambos nos preparamos para el combate inmediatamente. Nathaniel y el resto estaban observándonos, dejándonos un gran espacio para el combate. Ambos con nuestras espadas ya desenvainadas, observándonos fijamente el uno al otro; esperando que Zack nos diera la señal para comenzar.

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