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★El funeral de la reina consorte★

Desembarco del Rey estaba de negro, no sólo por ser el color característico de la casa del dragón si no por la lamentable muerte de la Reina Aemma Arryn.

Ayer habían festejado un torneo en nombre del varón primogénito del Rey Viserys. Que día más desgraciado, cuando celebraban la vida de uno, se iba la vida de otra.

Los dioses habían atormentado al rey durante toda la noche. El mismo había elegido salvar la vida del bebé y mandar a los dioses a su prima esposa. Quizás los dioses vieron conveniente también tomar la vida del pequeño.

Estaban en un campo abierto, el día concordaba con la desgracia Targaryen. Estaba gris y con probabilidades de lluvia, algo ya un poco extraño ya que se acercaba el verano.
El rey Viserys no podía ver a la cara a sus hijas, no tenía valentía para enfrentarlas. El muy bien sabía que su hija mayor, Rhaenyra, sabía muy bien que el era el culpable de su dolor. Pues Rhaenyra lo veía con ojos cristalinos y una mirada acusadora.
La pequeña no entendía nada, era conocida como alguien avispada pero no entendía porque no vería a su madre nunca más. Nunca más la escucharía gritarle por alguna trastada que hizo, comer pasteles juntas, leer historias, probarse vestidos, ir a reinos... Quizás haria lo mismo pero no con el mismo significado y amor.

Daemon se acercaba a su sobrina mayor, para hacerle saber que era de hora de incendiar a su madre y que sus restos bailen con el viento.

- Rhaenyra, te están esperando.
-Decía su tío en su lengua ancestral-

- Pueden esperarme entonces
-Responde con crueldad-

- Es hora que mi prima descansé y tú hermano también. Deja que pueda ir con los dioses.

Nyra dejó todo orgullo detrás y ordenó a Syrax incendiar el cuerpo de su amada madre.
No sé lo perdonaría a su padre, no sé lo perdonaría a esta sociedad de obligarla a expulsar vástagos. Ella muy bien sabía que era casi un suicidio que su madre tuviera otros hijos. Pues, su madre lamentablemente no podía quedarse embarazada fácilmente y  sufría cada vez que estaba en cinta pero a los meses abortaba espontáneamente.

Visenya miraba el rojo del Fuego, era tan hipnotizante ver el baile de las llamas consumir los cuerpos. Sintió la gran mano de su tío tomar la suya con sumo cuidado.

- Ven sobrina, vamos a comer tarta -Dijo con una vaga sonrisa-

Visenya feliz fue detrás de su querido tío. Le encantaba pasar tiempo con el. No era como los demás, el no la trataba como si de porcelana fuera, jugaban con espadas de madera, incluso lo acompañaba a recoger huevos de dragón, fue con el a buscar el huevo para el supuesto hermano que tendría.

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Viserys a duras penas había podido subir a su habitación y encerrarse. Lloraba y lloraba por su amada esposa.

Cuánto lo lamentaba

Trataba de distraerse con su maqueta hecha a escala de Desembarco del Rey de marfil. Le faltaba construir algunos pozos de dragón y casas. Estaba concentrado en su dolor y en la maqueta cuando escuchó unas risas del jardín.

Se acercó a su ventana y vió a Daemon junto con sus dos hijas jugar. Estaban en el cesped sobre una manta que perfectamente podría ser una sábana.
Daemon corría tras de Visenya mientras Nyra no paraba de reír por la escena.

Por un momento su corazón se afligió. Nunca vió a su hermano mostrar esa parte tan paternal.

Daemon tomo a Visenya como un saco de patatas sobre sus hombros y visenya tiraba los pelos de Daemon haciéndo o intentado que la bajara.

Cuando por fin la bajo, el beso su frente y le hecho una mirada poco paternal  a Rhaenyra para adentrarse al castillo.

A Él Rey se le ocurrió una idea.

★OLDER★ [Jacaerys Velaryon o Daemon Targaryen] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora