Capítulo 1

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20 de mayo del 2022

—¿Está bien?

«No.»

Eso es lo que le habría contestado si tuviera las narices necesarias, para afrontar todo por lo que he pasado estás últimas semanas, pero como no las tengo, hago lo más fácil que puedo hacer en este momento, fingir una sonrisa e ignorar todas las ganas que tengo de llorar.

En el fondo, se que no sirve de nada aguantar las lágrimas. Porque cuando llegue la noche y los pensamientos, que reprimió a lo largo del día, me llenen la mente, se que caerá una lágrima y detrás de esa vendrá otra y otra. Al final, lloraré toda la noche y tendré el aspecto que tengo ahora mismo y por el cual la gente me mira con pena y preocupación.

—¿Señorita?

Vuelvo a escuchar la misma voz grave de antes, así me obligo a misma a volver a la realidad. En lo primero en lo que me fijo es en su mirada que muestra una severa preocupación.

«¿Tan mal aspecto tengo?»

Después, me doy cuenta de que ya es mi turno.

— ¿Está bien? — Vuelve a repetir mientras pongo toda la compra para pagar.

— Si, tranquilo. — Le respondo al cajero, esperando a que el tiempo pase rápido para irme cuanto antes a mi casa.

—¿En efectivo o con tarjeta?

—Con tarjeta, por favor. — En mi voz se puede notar, la prisa que llevo.

—Lo siento, pero sale que la tarjeta ha sido rechazada. — Ante esas palabras, arqueé una ceja. Era imposible.

—Eso no es posible, vine aquí en Uber y le page con la tarjeta.

—Pruebe otra vez. — La pase y otra vez volvió a salir la palabra denegada.

«¡¿Qué mierda? Esto tiene que ser una broma.»

Si el chico ya me había mirado con pena, ahora era el doble. Por si fuera poco, las personas de la fila tampoco tenían mucha paciencia, cosa que me estaba agobiando.

—¿Tiene otra tarjeta?

—No. — Conteste con la cabeza baja.

—Pues le agradecería si dejaras la comida en el carro de nuevo y lo deje en ese sitio. — Señaló un lugar al lado de la salida.

"Y si corro y me voy sin pagar. "

Se que está mal, lo que pensaba, pero en mi casa no quedaba nada para comer, es por eso que me había obligado a venir aquí.

— Señorita, ¿me has escuchado? — Yo solo asentí a la vez que me preparaba mentalmente para lo que estaba apunto de hacer.

Me dirigí tranquila hasta el lugar. En parte, para no llamar la atención del de seguridad, pero en cuanto vi que el guardia se quedó distraído hablando, comencé a correr como nunca.

— ¡Eh, tu niña, deja de correr! — Exige el guardia detrás de mí.

— Lo siento, volveré para pagar, lo juro. — Grité alejándome todo lo que podía de ese supermercado.

Llegó un punto en el que ya no podía correr más, así que paré en medio de la nada. Mirando alrededor supe cuánto quedaba para llegar a mi urbanización, unos 5 minutos si era en Uber y supongo que 15 andado o al menos eso esperaba.

"Por favor, Dios, que esté en lo correcto."

Llevar el carro a cuestas era un suplicio. En el descanso que hice, aproveche para beber agua, ya que me está muriendo de sed, y para comer algo de lo que he comprado, bueno, robado. Si soy sincera, no era la primera vez que robaba algo, más bien, sí lo era en Denver. No obstante, no lo intente más porque la última vez, acabé aquí, en este maravilloso infierno.

Desde luego, esa noche no se me olvidaría jamás. Era uno de los recuerdos más bonitos que tenía de Nueva York. No quería volver a llorar, menos delante de todos los coches que pasaban, así que me puse de nuevo en marcha hacia mi querido hogar.

Tarde más de quince minutos en llegar. Mi casa era la más alejada de la entrada, cosa que siempre agradezco excepto hoy. Es una casa de dos pisos, que se distingue del resto por todos los tulipanes que tengo plantados en el patio exterior. Por dentro, casi no está amueblada y dudo que lo esté de aquí a un largo tiempo, de todas formas, tiene lo básico para poder vivir ahí y yo con eso me conformo.

Una vez subí el carro por esos malditos escalones, me fijé que había un sobre en el felpudo, el cual llamó bastante mi curiosidad después de ver de quién era. A pesar de ello, me tomé mi tiempo para entrar en mi casa, no quería que ninguno de mis vecinos me viera con un carro de la compra y con las pintas que llevaba. Cuando terminé de dejar los alimentos en sus respectivos lugares, centré toda mi atención en ese sobre.

Al abrirlo, me encontré una carta y un tulipán, que para nada estaba seco, casi podría decir con seguridad que la flor fue puesta en el sobre hace muy poco tiempo, conociéndolos seguro arrancaron la flor de mi jardín.

"Cuando los vea les voy a matar"

Dejando el tulipán aún lado, reparé en la carta y la empecé a leer.

Hola, Zaira.

Sé, con certeza, que ya te has dado cuenta de que la tarjeta no te funciona. Quiero aclararte, por si piensas que es un error, que no lo es. Esto lo he hecho, para animarte a desbloquear a tu querido hermano y a tu querido amigo. Sabemos que lo estás pasando mal por lo que pasó y que necesitas tiempo, pero ya ha pasado un mes desde las últimas noticias que tuvimos de ti. Estamos preocupados. Sé que esto de dejarte sin dinero es cruel, pero no tengo otra alternativa para que nos vuelvas a hablar.

P.d.: Si quieres recuperar tu tarjeta, nos tendrás que hablar. Te extrañamos mucho y te queremos mucho.

P.d.:La flor es para que se te quite un poco el enojo que, seguramente, estés teniendo al leer esto. Te queremos mucho.

«Serán idiotas»

La flor no me va a quitar el cabreó, y mucho menos dejarme sin dinero me va a hacer desbloquearlos. Les dejé muy claro en el último mensaje que les mandé que no les hablaría hasta superar lo que pasó. En un mes, eso no se supera.

¿Les planeo volver a hablar? Por supuesto, pero no aún. Cada persona necesita su tiempo, aunque si piensan que dejarme sin dinero va hacer que los hablé antes de tiempo, están equivocados y se los iba a demostrar muy fácilmente.

Lo más rápido que pude, subí hasta el segundo piso. Si mal no recordaba, lo había dejado escondido en alguno de los tres armarios que había en mi habitación. Rebusqué y rebusque por todas partes de esos tres pequeños espacios antes de que por fin encontré la maldita caja.

"Bingo."

Quería abrir la caja para leer, de nuevo, la nota de Philipp y coger la tarjeta, sin embargo una llamada me distrajo de mi cometido. 

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Holaa, espero que os guste el capítulo.

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