~ No podía creer que ese joven Alfa lo tuviera ahí suplicando, implorando por más, lo tenía abierto de piernas, podía verlo entrar y salir de él, la vista que tenía solo lo hacían lubricar más y más. Era tan placentero ver la frente con sudor y los ojos cerrados de Robert Chase, el rubio lo embestía rápido y tan jodidamente delicioso que no podía evitar gemir fuerte y claro .
Quería que el Alfa supiera lo mucho que aquello le gustaba, lo mucho que disfrutaba de sentirlo dentro, de lo bien que lo llenaba. Chase debes en cuando mordía levemente sus sensibles pezones, le daba besos cargados de deseo y el solo podía gemir y pedir más y más.
No podía creer que ese joven doctor, ese joven y risueño Alfa lo había hecho tragarse su orgullo y otras cosas, había disfrutado del sexo. El juego previo , lo bien que lo jodió, lor orgasmos y sentir como lo llenó durante toda la noche, esa fue sin duda la mejor noche que había tenido en mucho , mucho tiempo sin duda.
Durmieron juntos pero se fue antes de que Chase despertara, no era lo suyo el despertar al lado de alguien, hace mucho tiempo que no lo hacía, no tenía una relación hacía bastante tiempo. Sin embargo le gustó ver el rostro suave y relajado de Robert, era tan pacífico pero al menos esa mañana no estaba preparado para lidiar con la charla del día siguiente.
Paso a su propio departamento, se baño cambió y se fue. Planeaba almorzar algo en el hospital, sin embargo fue solo por algo de café y después fue directo a su oficina. Fue el primero en llegar, se sentó en su escritorio y se puso a llenar algunos documentos estaba de buen humor y su mejor amigo lo notó.
— Alguien amaneció de buenas— Wilson ingreso a la oficina y se sentó frente a él — Debo suponer que la cena — alzó ambas cejas amanera de diversión — Salió muy bien.
— Si— contesto con su vista fija en los papeles en el escritorio.
—¿No dirás nada más?— sabía que James como el chismoso que era quería información.
— No.
— Bueno pero...— lo escuchó callarse y pensó que ya no diría nada— Me voy , tu Alfa llegó.
Lo vio levantarse y dirigirse a la puerta, justo cuando Chase ingresaba. Los vio saludarse y el joven Alfa llegó frente a él.
— Te fuiste sin despedirte, tenía planeado un gran desayuno.
— No me gustan las cursilerías — Chase se sentó y puso sus brazos encima del escritorio.
— Puedo hacerte cambiar de idea sobre eso también — lo vio sonreír, parecía un niño haciendo una travesura, tan joven , tan llenó de vida. Un joven Alfa ideal para cualquier Omega y sin embargo ahí estaba, interesado en un Omega mayor.
— Si creó que podrías — pero bueno el no se negaría al placer de tener al rubio — Por cierto el Alfa misterioso que me gustaba eras tú.
—¿Que?— vio la confusión en sus rostro y entonces se permitió reír— ¿Era yo?, ¿Un momento entonces yo siempre te he gustado?.
— ¿Tienes hambre? Por qué yo si.
Claramente no se lo diría tan fácilmente.
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