Cuento De León Larregui

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Cuento De Zoé, el día que a Sanji se le acabó la pila.

Aclaraciones:

Sanji se enoja cada que no tiene pila en sus audífonos

Zoro es quien normalmente maneja la camioneta, y Nami le da direcciones como copiloto.

⚠ Todos los cuentos se desarrollan en épocas distintas, no hay una secuencia. ⚠

* * *

Como era costumbre, Zoro manejaba.
Era su rol, él casi no dormía en la noche por estar manejando, y por ello tomaba tantas siestas después. Manejaba el auto viejo que tenían; solía manejar el Merry, la camioneta que tenían; y ahora, manejaba el camión Sunny.
Naturalmente, el peliverde no sabía a donde ir, de hecho, la única vez que Nami se durmió y dejó al guitarrista solo manejando, terminaron en el bosque en vez de la playa; por ello, Nami siempre iba a su lado para guiarle y decirle hacia a donde dirigirse, y esta vez, no era la excepción.

-Derecha - dijo la pelinaranja mirando su celular pero sabiendo exactamente a donde iban. Sin embargo, el moreno no giraba - ¡que derecha! -Zoro giró de último momento -¡¿Eres idiota?!

-¡Bruja, maneja tú! - le reclamó el guitarrista.

-No.

-¿Y por qué no? -Le cuestionó de mala gana y frenó de golpe.

-Número uno: no quiero; número dos -empezó a en listar sus razones levantando sus dedos con un fina sonrisa mirando al mayor, el contrario la miraba fastidiado - :no tengo licencia; y número tres: Zoro, tu me debes mucho dinero, encima, si no manejas contaré tu secreto.

El peliverde apretó los dientes y chasqueó la lengua girando el rostro unos grados.
-Bruja -murmuró entre dientes.

-Llámame como gustes -dijo divertida la dama.

El camino retomó su curso, obviamente se iba oscureciendo más y más, puesto que los mugiwaras siempre viajaban de noche con intención de llegar al otro día, disfrutar del lugar y en la noche tocar. Y por supuesto, a Nami le empezaban a pesar los párpados; colocó el GPS en la pantalla de la radio y se acurrucó en su asiento, no tardó mucho en caer rendida.

Zoro continuó manejando, y miró de lado a la representante, la mayor parte del tiempo discutían por dinero que él debía, o intentaba encararla y terminaba como idiota, pero incluso así, consideraba a Nami una mujer capaz y la respetaba, le agradaba bastante.

Ya iban en la carretera, no había comercios cercanos ni casas, únicamente campo y las farolas.
Giró su rostro a ver si había alguien despierto, bajando algo la velocidad y orillándose, a esa hora no había mucha gente pero siempre era precavido.
Todo el autobús estaba en silencio, podía ver a Jinbei dormido hasta atrás, calmado, pero con Luffy extendido dos asientos y ocupando un poco de su espacio, roncando y con un brazo abajo del sillón; al frente, estaba Brook recargado en la ventana, con saliva saliendo de su boca; a lado, estaba Franky dormido con una máscara en los ojos que hacia parecer qué tenía ojos grandes y con largas pestañas; en frente de ellos, Robin, cubierta con una manta púrpura y acurrucada en el asiento; a su lado, estaban Chopper y Usopp abrazados juntos y dormidos, lo que significaba, que Usopp había pasado a dormir al frente por culpa de Luffy invadiendo más lugares de los que correspondían; a lado de ellos tres, estaba un asiento vacío que a veces usaba Luffy cuando estaba emocionado, y atrás... El lugar del bajista... Lo miró, él estaba aún despierto, miraba las estrella por la ventana, parecía no haber notado que se habían detenido, estaba perdido en sus pensamientos y en la música que seguro reproducían sus audífonos.
Zoro suspiró.

Apagó el motor y se levantó de su asiento, tomó a Nami entre sus brazos y la llevó al asiento de atrás, donde Luffy se sentaba cuando estaban por llegar, pero el asiento original de Nami, primera fila, asiento individual, a lado de Robin y Chopper. La colocó ahí suavemente y de arriba, sacó una manta color anaranjado para cubrirla, todo esto siendo observado por el rubio que le seguía sólo con su azul mirada. Zoro le miró a los ojos y movió la cabeza, indicándole qué le siguiera; sus aretes chocaron creando un tintineo.
El rubio se levantó, y con cuidado pasó por el pasillo entre los dormidos, y se sentó en el asiento de copiloto, donde mayormente iba Nami, pero cualquiera podía tomar el lugar.

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