No te metas con Taehyung

III

Con el paso de los días, Jungkook pudo concluir que la personalidad "protectora" de Taehyung, esa que exhibió en el karaoke con él, se extendía a todos los miembros de la estación, el teniente era cuidadoso del bienestar de cada uno de ellos, como por ejemplo, cuando le insistió a Cha para que se tomara un descanso por su resfriado, aún cuando tuvo que llamarle la atención porque este no quería pasar de su turno, o se aseguró de conseguir un reemplazo para Kang, que era miembro de rescate, debido a que su abuela tuvo una complicación de salud, por lo que sus sentimientos de resentimiento debido a las discusiones sostenidas con su superior se suavizaron un poco, después de darse una mejor idea sobre quién era su teniente, aunque no dejaba de pensar que era un imbécil ya que podía corregir a otros sin necesidad de gritar hasta el punto del aturdimiento.

Si lo comparaba con el teniente Min, este dedicaba una mirada endurecida a sus subalternos y estos "entendían" que hicieron mal, no había necesidad de gritar, como lo hacía el teniente Kim. 

"Camión 25, equipo de rescate 7, bomba 18, ambulancia 27, incendio en..."

—¡Tu primer incendio novato!—era Cha, quien le dejaba unos golpecitos en el hombro al omega, se encontraban en la sala de reuniones repasando unos protocolos a eso de las 6 de la tarde en el que sería el octavo turno de Jungkook en la estación.

Todos corrieron hacia la zona del estacionamiento, se vistieron con los trajes especializados y partieron hacia el lugar en medio del sonido de las alarmas que les despejaban el camino al pasar, por lo que se supo del llamado, se trataba de una bodega en la que se almacenaban archivos, lo que provocó que el fuego se extendiera con abrumadora rapidez. El corazón de Jungkook latía a la velocidad a la que iba el camión, pensaba en la última discusión con su teniente y solo esperaba no ser dejado de lado en esta ocasión, ya que de darse, sólo podía morderse la lengua. 

Al momento de llegar al sitio, el olor a quemado llenó las fosas nasales del omega, no era extraño del todo para él, había estado en las inmediaciones de un incendio cuando fue auxiliar en la ambulancia, el humo que salía del edificio nublaba un poco la vista.

—Camión, estabilicen la estructura, abran camino al equipo de rescate, saquen a todas las víctimas, bomba necesito dos líneas en la entrada—ordenó el capitán Namjoon cuando todos los bomberos bajaban de sus camiones.

—Cha, airea el techo, Jung revisa el ala izquierda, Lee el ala derecha, Jeon ubica los hidrantes en el área, conecta una línea a la bomba, no creo que de abasto, la llama está muy alta, yo entraré hacia el centro con el teniente Min—indicó Taehyung.

Jungkook con una sonrisa en el corazón al no verse dejado de lado, corrió hacia el camión y sacó una de las mangueras de 20 metros, dedujo que al ser una zona industrial, los hidrantes tendrían que estar cerca, encontró el primero a 10 metros de la bodega, la policía ya estaba alejando a los curiosos del lugar después de haber evacuado la zona, pero para infortunio del omega el hidrante que ubicó estaba vandalizado y no se podía usar, después de maldecir, Jungkook corrió en la dirección opuesta para buscar el hidrante de esa dirección, pero este no existía, recorrió unos 30 metros sin encontrar nada y comenzó a entrar en pánico. Volvió hacia el camino del primer hidrante, sacaría otra de las mangueras y las conectaria para ampliar la longitud, tendría que haber otro hidrante a unos cuarenta metros del primero debido a la zona.

—Jeon, qué pasa con el agua, la de la bomba se agota—oyó decir al capitán cuando pasó cerca suyo.

—Estoy en ello—siguió corriendo, rehaciendo el camino del primer hidrante, corrió otros cuarenta metros y no encontró nada, un poco más y una avenida de cinco carriles le cortaba el paso hacia un hidrante que se veía a unos 5 metros de esta, ¿qué iba a hacer? se tendría que parar el tráfico para que el agua corriera con naturalidad, pero para ello tendría que contactar a la policía y en consecuencia gastar todavía más tiempo, teniendo presente que el agua no iba a alcanzar, suspiró, tenía que volver sobre sus pasos, en la carrera tropezó con una de las mangueras—Diosa... no puede ser peor.