# nineteen

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⚢

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JEONGYEON'S POV:

En cuanto Mina nos sacó del baño, ya era la hora de volver a nuestros cuartos. Para mi gran suerte, me han asignado con Nayeon, lo que me ha tenido emocionada desde que llegamos a este lugar. Como nos perdimos la cena, pasamos a comprar algo a un restaurante local y llevamos la comida a nuestra habitación.

Nayeon es mucho más agradable de lo que aparenta ser, y de por sí, ella siempre ha demostrado ser una chica muy amable y simpática. De cerca es mucho más auténtica, eso no lo negaré; sigue manteniendo su amabilidad y todas las características que le han dado su popularidad, pero su humor es mucho mejor. Es muy graciosa, las palabras salen con tanta naturalidad de su boca que lo hace incluso mejor.

Cuando hemos terminado de comer, nos ponemos máscaras faciales y nos sentamos en mi cama, que se encuentra pegada a la pared, Nayeon se ofrece a pintar mis uñas, a lo cual accedo.

— Jeongyeon, ¿puedo hacerte una pregunta personal? —ella parece insegura con lo que ha sugerido; evita el contacto visual, pero logra notar que he asentido—; ¿Cómo te diste cuenta de que solo te gustaban las chicas?

No me esperaba eso, y ella parece darse cuenta de eso.

— Disculpa, no quería sonar invasiva, no tienes que contestar si no quieres...

— No te preocupes, es solo que no me suelen hacer este tipo de preguntas —digo, siendo totalmente honesta.

En realidad, a ninguna de mis amigas les tuve que explicar cómo me di cuenta, ellas mismas lo habían notado antes de que yo siquiera les mostrase algún indicio.

— Creo que siempre lo supe... Nunca me he querido relacionar con hombres de ninguna forma —le explico—. Cuando me gustó una chica por primera vez yo tenía trece años, y desde ese momento me cuestioné si alguna vez podría llegar a sentir lo mismo por un varón... Obviamente, me di cuenta de que sería imposible. No fue muy difícil para mí, pero sé que no es igual para todas.

— ¿Tan rápido fue?

— En realidad, siempre he considerado que las chicas son mejores... Aceptarlo de una vez era mejor que negarlo por años y sentirme mal conmigo misma.

A ella le parece haber llegado el comentario, ya que la pintura se corre de mis uñas hacia la parte exterior. Ella rápidamente deja el esmalte a un lado e intenta arreglar lo que ha hecho.

— Tranquila, Nay, eso sale con agua.

— Lo siento, lo siento...

— Oye, ¿estás bien?

— No... Quiero decir, sí —ella al fin me mira, sus cejas fruncidas la delatan; es evidente que algo quiere decir—... ¿Te puedo contar un secreto?

— Tus secretos están a salvo conmigo.

Un silencio se forma entre nosotras mientras Nayeon se toma un momento, como si procesara cada palabra antes de dejarla salir. Sus ojos se desvían hacia algún punto en la habitación, mientras sus manos juegan nerviosamente con el borde de la sábana.

— Yo... Salí con una chica hace un par de años —su confesión me toma por sorpresa, porque debo admitir que jamás noté algún indicio de que ella estuviese saliendo con alguien de nuestro mismo sexo—. Yo la amaba muchísimo, Jeongyeon, pero me alejé de ella por miedo.

Para ella parece ser difícil confesar esto; probablemente sea la primera persona fuera de su círculo de amigas a la que se lo cuenta, ya que sus nervios son bastante evidentes. Le cuesta incluso mirarme a la cara. Sé que ella no estaría contándome esto si creyera que la voy a juzgar, pero de todas formas se demuestra tan vulnerable que lo único que provoca en mí es el deseo de protegerla de todo aquel que la hizo sentir mal con su manera de amar.

— Tenía miedo de no poder amar nunca a un hombre así como puedo amar a las chicas... —ella juega con sus dedos, distrayéndose con ellos—. Estos días he estado pensando... Y creo que realmente no soy capaz de sentir algo romántico por un hombre.

— ¿Nunca tuviste sentimientos por tu ex?

— ¿Amor? No, nunca.

— No deberías sentirte mal por quién eres, Nayeon... Nadie puede controlar tu forma de amar, menos tú misma. ¿Qué somos si nos prohibimos nuestra naturaleza? Sé que puede ser difícil al principio, pero es incluso peor si te restringes y te mientes a ti misma.

Ella parece pensarlo mejor, esta vez, mantiene el contacto visual conmigo. Su debate interno es evidente, y no la juzgo por ello; ya que, su comportamiento respecto a su sexualidad depende en gran medida de su entorno familiar, si ella no sintiese algun tipo de rechazo por parte de ellos no estaría negándose de esta forma. Finalmente, me sonríe y asiente; yo hago lo mismo para demostrarle mi apoyo, pero definitivamente no esperaba que ella me besara.

look at me ! 2yeon auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora