Capítulo 3

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Mientras sus padres y los Sinclair hablan, Merlina recibió un mensaje, era Enid.

"Disfrutas la discusión?"

"Tus padres sí que están molestos" ✓✓

"Solo un poco"

"Tú no?" ✓✓

"No"
"Puedo verte?"

"Ahora?" ✓✓

"Sí, estoy en tu ventana"

"Cómo sabes que es mi ventana?" ✓✓

"Bueno tu habitación es fácil de distinguir por el color negro"

"Ok ahora voy" ✓✓


La pelinegra tenía esa sonrisa tonta otra vez y su hermano se dió cuenta de eso.

- ¿A quién le escribes? - el menor desde un inicio se dió cuenta de cierto brillo en los ojos de su hermana cuando habló de su nueva amiga - ¿es esa chica Emma?

- Nadie que te importe Pericles - la pelinegra no da más explicaciones y sube a su habitación, cuando entra, ve a la rubia esperando en su ventana - ¿cómo hiciste para subir? - abre la ventana para dejarla entrar -

- Mi hermana me ayudó a subir - ve a su alrededor - vaya, estoy en la habitación de una Addams -

- Bueno yo tengo a una Sinclair en mi habitación, todo mientras nuestros padres pelean abajo - cruza los brazos - esto es algo prohibido - sonríe de lado - me gusta -

- Y a mí me gusta verte sonreír, podría ver tu sonrisa por horas y no me cansaría de hacerlo - se sonroja ante la repentina confesión y baja la mirada -

- Alguien se pone nerviosa frente a mí - la toma del mentón para que la vea a los ojos - tranquila preciosa, no muerdo - ¿preciosa?, porque le dijo así, la pelinegra empieza a creer que tiene un tumor cerebral -

- Me va a dar diabetes de tanta miel - Pericles se hizo presente en la habitación que olvidó cerrar su hermana así que vió toda la interacción entre ellas - vaya que esa amiga es bonita -

- Ven acá pequeño diablillo - toma a su hermano y cierra la puerta - ¿Cuánto escuchaste? -

- Lo suficiente - le tenía miedo a su hermana pero eso no impedía que le reclamara - sabes que nuestros padres odian a los Sinclair y tú metes a su hija a tu habitación mientras ellos discuten allá abajo -

- Eres un.... - la pelinegra no quería decir lo que pensaba enfrente de la rubia, pero en cuanto se fuera, su hermano iba a pagar muy caro - será mejor amarrate para que no digas nada -

- ¡Mer! No puedes hacerle eso a tu hermano -

- ¿Porque no? Lo he hecho antes, además nos aseguraremos de que no diga nada -

- Bueno - Enid sabía que la pelinegra tenía algo de razón, no sabe como es su hermano y podría delatarlas y hechar a perder todo - ¿y podemos amordasarlo? - podría jurar que a la pelinegra le brillaron los ojos en cuanto dijo eso -

- Si, en mi clóset hay una soga y una mascada - sujetaba fuerte a su hermano mientras la rubia buscaba las cosas en su clóset - bien ahora jura que no dirás nada -

- No diré nada lo prometo, pero porque hablas con ella -

- Es mi amiga y es todo lo que diré, ahora Enid, ayúdame a atarlo - toma la soga y comienza por sus manos -

- ¿Enid? ¿Qué no habías dicho que se llamaba Emma? -

- ¿Emma? ¿porque me cambiaste el nombre Mer? - la rubia lo pensó por un momento, quizá ya tenía otra amiga con ese nombre y la va a reemplazar -

Un Amor Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora