] ́🍨 ... 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙧𝙤𝙠𝙞! 𝗖𝗢𝗢𝗟, 𝗛𝗢𝗧, 𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧 𝗟𝗢𝗩𝗘 轟 ₊˚ˑ ↷

── 𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿: 𝗳𝗶𝗳𝘁𝗲𝗲𝗻 🍨 ! ↷

— Muchas gracias por haber venido, Ume.— Habló el de cabellera blanca.—

— Ven más a menudo, ¿sí? Siempre serás bienvenida.— Afirmó la chica de los lentes.—

— Muchas gracias a ustedes por invitarme.— Agradeció la joven con una sonrisa dulce.—

— Vuelvo en un rato, voy a acompañar a Ume a su casa.— Informó el heterocromático.—

— Claro. No vuelvas muy tarde, Shoto.— Respondió la mayor cerrando la puerta mientras se despedía.—

Amaina debía admitir que la velada había ido mejor de lo que imaginaba, teniendo en cuenta la situación de la familia Todoroki. Después de haber pasado la tarde allí, descubrió que quizá sus sentimientos iban más allá de un simple enamoramiento, aunque no estaba muy segura de ello.

— ¿Tienes algo que hacer ahora? — Preguntó Shoto, agachando un poco la cabeza para que quedara a la altura de la chica.—

— No en realidad, ¿por qué? —

— Quiero llevarte a un sitio.—

Estaba decidido: el heterocromático iba a declararse esa noche. No aguantaba ni un minuto más con el hecho de que ella no fuera suya. Se moría de ganas de abrazarla y atesorarla para siempre.

La tomó de la mano, la cual cosa hizo que las mejillas de la de ojos rosados se pusieran coloradas, y la condujo hasta un pequeño parque. Este estaba repleto de flores, y debido a que el sol ya se había puesto hacía un buen rato por la época del año en la que se encontraba, las farolas con luces cálidas iluminaban pobremente el lugar.

La chica, en cuanto vio la zona, no pudo contener las ganas de subirse a la fortaleza donde los niños solían jugar y llamaban "castillo".

— Amaba este parque cuando era pequeña.— Dijo ella viendo con admiración el sitio.— Está tan cambiado...—

— ¿Quieres subir? — Preguntó el bicolor.—

— Vale, pero no te rías.— Demandó la de larga cabellera, con una sonrisa ladina.—

— Jamás, princesa.—

Cual príncipe, Shoto le ofreció la mano a Ume para ayudarla a subir. Ella soltó una pequeña risa juguetona y correspondió a la ayuda del chico.

— Que galán más servicial, príncipe de las nieves.— Bromeó con un tono burlesco.—

Seguidamente bajó por el tobogán, no sin antes de que Todoroki hiciera caer pequeños copos de nieve encima de la chica para que fuera mucho más divertido para esta. Ella los observaba con emoción y trataba de atraparlos en el aire sin mucho éxito.

Él no podía evitar admirar su belleza. Amaba lo verdadera que era: si estaba feliz, reía; si estaba triste, lloraba; y si estaba enfadada, fruncía el ceño. Se le hacía muy tierno que la de ojos rosados fuera tan genuina y expresiva cual niño que no sabe mentir.

— ¡Sube al columpio! — Exclamó la chica.—

— ¿Qué? —

— ¡Sí, vamos, yo te empujo! — Lo tomó de la mano y prácticamente lo arrastró hasta allá.—

— ¿Está bien que me siente así? — Preguntó mirando con atención las instalaciones.—

— Agárrate con fuerza a las cuerdas, si no caerás de espaldas.—

Sin dudarlo, hizo caso a la chica. Cuando ella vio que él estaba listo, comenzó a empujarlo una, y otra, y otra vez. El heterocromático estaba asombrado por lo alto que llegaba, tanto que abría los ojos como platos.