4. Mentiras

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Una inesperada risa estruendosa que se hacía oír a espaldas de los tres presentes hizo desaparecer ese raro, tenso e incómodo momento, salvando a esos últimos tres de aquella situación."No sabía que el perrito rabioso podría ser tan gracioso!! Obviamente aún te falta para llegarme a los talones." Las palabras eran pronunciadas de forma entrecortada por las carcajadas que salían del albino recién llegado, que sabrá dios en qué momento había aparecido a sus espaldas y quien se seguía sosteniendo el estómago para intentar parar las interminables risas que seguían saliéndole a fuertes voces.

El más bajo de los tres se sintió ofendido y de un arrebato por la rabia soltó la mano del castaño para enfrentar al albino más alto presente quien lo miraba como si fuese el mejor payaso que había visitado un circo jamás, si, un reflejo. Pensaba el pelirrojo enfurecido mientras lo apuntaba con un dedo. "¿A quién crees que llamas animal, fantasma de circo? Repítelo." Espetaba Chuuya en un tono hastiado mientras seguía sin doblegar su dedo a la molesta presencia que lo acababa de poner de un muy mal humor en tan solo segundos al apodarlo de esa estúpida forma. El albino más alto, quien seguía siendo taladrado por la enfurecida mirada azulada seguía intentando ahogar sus risas limpiándose las lágrimas de gracia mientras se burlaba de las expresiones del pelirrojo con suma satisfacción.

Sigma lo miraba atento esperando encontrar algún indicio de que sus suposiciones eran correctas al creer reconocer la alta silueta de cabellera albina que se había plantado en medio de ellos recientemente y seguía intentando recuperar el aliento luego de sus ruidosas carcajadas.
"Creo haberte visto antes pero no estoy seguro..." Admitía el de cabellos bicolor y entonces unos ojos también bicolores se posaron en él totalmente asombrados al creer reconocerlo de igual forma y dudando en responder al creer confundirlo con otra persona fugaz.

"¿Nikolai? Si no me equivoco eres quien sale con fed-" Cuando decidió comprobar sus dudas fue que sintió al albino más alto abalanzarse sobre él interrumpiendo su frase haciéndola quedar inconclusa para los demás presentes que seguían observándolos extrañados y algo sorprendidos por la obvia familiaridad que demostraban los albinos en el momento.

Nikolai, sintiendo su espalda ser agujereada por unos pares de ojos caoba y azules en busca de respuestas no tuvo otra opción que disimular tal encuentro inesperado y admitir a regañadientes que conocía al de cabellos bicolor que tenía aferrado en sus brazos ahora mismo.
"¡¡Pero si es mi gran amigo Sigma, como te he extrañado!!" Espetaba entonces el de ojos bicolor visiblemente emocionado mientras que el nombrado solo intentaba forcejear para quitarlo de encima suyo y poder hablar pero lo único que logró recibir fue una mirada de advertencia por parte del albino más alto mientras este se acercaba aún más para susurrarle unas palabras que debía grabarse en la memoria a juzgar por los iris cargados de seriedad que le mostraba el otro.

"Maldita sea, Sigma. Escúchame bien, aquí nadie sabe de lo nuestro así que ni se te ocurra soltar nada y mantén la boca cerrada". El tono que demostraba Nikolai pese a decirlo en voz baja se escuchaba intimidante y lo único que aquello significaba era que realmente no estaba jugando.
El de cabello bicolor solo amagó a asentir al de ojos bicolor por fin entendiendo el porqué de su raro comportamiento al intentar nombrar a Fedya frente a otros presentes. El albino más alto le dió una última mirada para comprobar que se quedaría en silencio para después suspirar resignado y dejarlo libre al ver que pensaba acatar lo pedido.

Por fin dejó de darle la espalda al par de ojos curiosos y al momento de girarse ante ellos se encontró con ambos iris inquisitivos que lo miraban a ambos como si hubiesen acabado de cometer un asesinato en conjunto. Siendo ellos los testigos de su crimen.

Nikolai maldecía para sus adentros a Fyodor por ser tan descuidado y haber dejado que Sigma supiese de sus encuentros secretos que se supone nadie más debería saberlo. Siempre trayéndole problemas, por eso es que decidió seguir como un ave libre, sin ataduras a nada ni nadie.
"Ya mejor cierren sus asquerosas bocas que le entrarán moscas, no bueno olvidaba que era el hogar de estas, mil disculpas, par de chismosos ya saquen lo que andan guardándose." Espetaba el albino más alto de forma sarcástica mientras comenzaba un reto de miradas con el castaño.

Look at me again!! soukoku ft sigzai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora