Muero por las ganas de verte todos los días,
todas las mañanas,
tardes y noches.
Muero por poder dedicarte
mil poemas bajo la luz de
la luna,
en los cuales escribiré
más como tú no hay ninguna.
Muero por tu risa que consigue mover la brisa. Y sobre todo, muero.
Muero sabiendo que nunca voy a tenerte,
que todas mis ganas de verte son solo anhelos. Muero intentando recordarte por última vez, aunque sea en foto,
aunque sea en arte,
aunque solo sea un sueño.G.
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Llantos silenciosos
PoesíaUna colección de poesía que nos sumerge en los rincones más oscuros del alma humana. A través de cada poema, exploramos la melancolía que se esconde en la noche, la belleza que emerge de la tristeza y la esperanza que brilla en la oscuridad. Es un v...