8

5 2 0
                                    

Llevaba al menos dos minutos intentando acercarse a Bastian, cada vez que lo intentaba regresaba por dónde venía pero volvía a acercarse. El rubio ya se había percatado de la presencia de su amiga, le parecía divertido y confuso la forma que se alejaba dudosa y regresaba confiada pero volvía a irse.

—Rosie —la llamó— ¿Sabes que no muerdo verdad?

Asintió acercándose a la mesa sentandose frente a él. Respiro profundo antes de preguntar la duda que venía surgiendo desde la noche anterior.

—Jeremy, tu eres sangre pura —asintió bastante confundido— Sabes un poco más de magia que yo —volvio a asentir lentamente, seguía confundido no sabía a qué quería llegar su amiga— ¿Sabes que son los horrocruxs?

Bastian la miro bastante confundido.

—Si, son objetos bastante poderosos en los que puedes poner parte de tu alma —explico.

—¿Cuál es el propósito?

—La inmortalidad. ¿Por qué preguntas Rosie?

Rose vaciló en responder. —Curiosidad, lo leí y me entró la curiosidad.

Asintió no muy convencido al respecto ante su respuesta.

—Hay un libro que te habla más al respecto. Se llama Secretos de las Artes más Oscuras está por la biblioteca, búscalo.

—Gracias Bastian.












































Rose entro a su habitación donde sus dos mejores amigas la esperaban sentadas en su cama con cara seria.

—¿Dónde estabas jovencita? —pregunto Monica cruzándose de brazos mirándola.

—Con Bastian, le preguntaba unas cosas.

—No no no señorita —hablo Chiara levantándose rodeando a la pelinegra— Ayer no llegaste en la noche, ¿dónde estabas?

—Amm.. —tartamudeo.

—¡Oh por Merlín! —exclamo Monica levantándose de la cama acercandose a ellas— ¡Estabas con Riddle!

—¿Estabas con Riddle? —pregunto mirandola.

—¡Son unas brujas! —dijo divertida acercándose a su cama— Si estuve con él.

—¡Anabelle dime qué se cuidaron!

—No me llames Anabelle, Annie.

—Callense, ellos no lo hicieron —dijo Monica— ¿cierto?

Rose sin embargo se mantuvo en silencio evitando las miradas de sus amigas que no tardaron en soltar un gemido de sorpresa.

—¡Lo hicieron!

—Callate Mon —la regañó.

—¿Se cuidaron? —pregunto Chiara de nuevo.

—Si claro.

Las chicas soltaron un suspiro de alivio.

—¿Qué tal lo hace? —pregunto la rubia.

—¡Ary!

















































Rose salió de su clase de adivinación dirigiéndose a la habitación de Tom. Habían quedado que después de su última clase se dirigiría a la habitación de su novio.

destructive love ; tom riddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora