Capítulo 4

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El mar lavanda

Crucé el bosque corriendo intentando alcanzar a Talon, pero sin éxito, cuanto más corría para acercarme más conseguía él aumentar la distancia entre ambos.

- ¡Talon, espera por favor!- apartaba las ramas con violencia mientras avanzaba - ¡estas equivocado! - le grité viendo como se alejaba cada vez más << esto es absurdo...obviamente no quiere hablar conmigo ni verme>>

Dejé de correr, finalmente paré en seco exhausta por el esfuerzo, <<intentaré hablar con el más tarde, tengo que explicarle lo ocurrido, todo esto es un estúpido malentendido>>. Decidí volver a casa, me tomé una larga ducha fría para reflexionar, no entendía su comportamiento, me resultaba muy infantil que hubiera huido y no me explicaba porque estaba espiándome.

No había terminado de secarme el pelo cuando mi teléfono empezó a sonar. Descolgué al cuarto timbrazo.

- Hola

- Hola Diana - Zed estaba por la otra línea

- ¿Dime? ¿Ocurre algo?

- No te hagas la tonta Didi, lo que has hecho es una cabronada

- ¿Pero que dices? ¿de que hablas?

- Acabo de ver a Talon, me ha contado lo que ha pasado en el bosque, ¿en que estabas pensando Diana? Pensaba que lo vuestro iba en serio

- ¿Qué te ha contado Talon exactamente?

- Pues que te vio besándote con otro tío en el bosque, enrollándote con otro empotrada contra el árbol, ¿acaso no ha sido así? No me mientas.

- ¿Tan zorra me ves? ¿crees que eso es propio de mi Zed? ¿Ir a dos bandas?

- Es mi amigo igual que tu, pero no quiero que sufra, eso no te lo consiento

- Si, yo también pensaba que eras mi amigo, pensaba que me conocías más... parece que me equivocaba. He sido siempre muy sincera con el y contigo en todo, lo que ha pasado es simplemente un desafortunado malentendido. Pero bueno, creo que no te importa mi versión de los hechos, al parecer ya tienes una opinión sobre mi, ¿no? - dije con sarcasmo casi escupiendo cada palabra

- Entonces ilumíname, no te estaba besando ningún chico en el bosque.

- Si pero...no es así como pasó, yo no... - intentaba buscar las palabras adecuadas para expresarme

- Ya hablaremos más tarde Diana, pero, me has decepcionado... adiós - se despidió secamente y colgó

- ¡Aghhhh!

Colgué el teléfono irritada y lo tiré contra el sofá con rabia, <<Talon le ha ido con el cuento sin ni siquiera escucharme....y lo peor de todo es que Zed me ha juzgado sin ni siquiera esperar a oír mi versión ni me ha dado oportunidades para explicarme ¿Cómo podía acusarme de no ser sincera con Talon, de querer engañarle a propósito?¿y se supone que es mi amigo?>>.

- Menudo día de mierda

Después de esa frustrante y confusa llamada decidí que no demoraría más la partida hacia Shurima, tal cual estaban actualmente sus relaciones amistosas y amorosas, sería bueno concentrarse en algo más importante, sería productivo para la misión. Terminé de empaquetar las cosas necesarias en la mochila y con una breve nota encima de la mesa para Syndra salí de casa directa a la estación de tren.

Dirigí la vista hacia el panel de información. No faltaba mucho para que viniera el próximo tren, esperaba inquieta, andando de un lado para otro de la acera.

-¡Ehhhh! ¡Diana! - levanté la vista a quien me llamaba, era Leona, me acerqué a ella

- Hola Leona, ¿has cogido también el billete para Stonewall?

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