Capítulo 5

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El último día

Al volver a mi habitación miré el cielo por la ventana, era una preciosa noche estrellada y despejada, la Luna comenzaba a asomar por la cordillera como una gran sonrisa. Cogí el teléfono, decidí llamar a Talon primero, quería explicarle lo que pasó, que fue un tonto malentendido, sinceramente le quería, aunque aún no se lo había dicho abiertamente. Antes que amantes éramos amigos y esperaba seguir siéndolo. Llamé una... dos veces...tres, pero no respondía.

<<No quiere saber de mi....>> Después llamé a Zed, no quería estar enfadada con mis amigos. Cuando pensé que tampoco cogería el teléfono descolgó.

- Hola... - se hizo un silencio incómodo, al no responder nadie decidí seguir hablando - quería disculparme Zed, no contesté debidamente el otro día. Lo siento - se oyó un resoplido por la otra línea

- Yo también lo siento Diana, no fui objetivo contigo, me dejé llevar por la amistad que tengo con Talon y no escuché tu versión. Tenías razón.

- Te la puedo contar aún si me dejas.

- Adelante, no te interrumpiré nada hasta que termines.

Le expliqué el malentendido que había pasado, que ese misterioso hombre me visitaba a veces, y que solía ser más un incordio, como una molesta mosca más que una agradable visita o distracción. Obviamente le comenté que no había habido ninguna intención romántica por mi parte y que sinceramente no sabía que pretendía conseguir al besarme delante de Talon, y que me había encarado a él por ello.

- Si es cierto todo lo que dices - <<¿aún alberga dudas?>> - te he prejuzgado equívocamente, recuérdame esta situación cuando vuelva a meter la pata.

- Solo espero que Talon me crea y también me perdone. ¿Podrías decírselo de mi parte? He intentado llamarlo varias veces pero comunica...

- Lo haré en cuanto vuelva... esta de misión - puntualizó - ha salido esta mañana de madrugada, pero si consigo hablar con el se lo diré

- Gracias Zed. Adiós.

- Adiós Didi.

<<No podre hablar con Talon antes de irme.. mañana lo volveré a intentar antes de partir>>.

Por último llamé a mi amiga Syndra, charlé con ella un rato tranquilamente mientras me peinaba el pelo y me ponía un pijama para ir a dormir. No quise darle detalles de la misión, ya que no quería preocuparla, a pesar de que pensaba que no la volvería a ver. Me costó mantener la voz firme y no echarme a llorar delante de ella, que era lo que realmente quería hacer. Después de una cariñosa despedida colgué. Lloré en silencio hasta que me quedé dormida, lamentándome de lo que iba a perder.

Al alba, antes de partir volví a intentar contactar con Talon, de nuevo sin éxito. Me reuní con Leona para iniciar los preparativos. Al entrar en su habitación la encontré estudiando un gran mapa que tenía desplegado. Me miró al verme entrar y me hizo una seña para que me acercara a ver lo mismo que ella.

- El gran desierto de Shurima - ella asintió

- Así es, y aquí es donde esta ubicado el portal principal de el vacío - señaló un punto ubicado en el mapa cerca de una antiguas ruinas, lo marcó con un bolígrafo.

- ¿Qué es esa península que se ve al sureste?.

- Eso era Icathia, anoche me lo comentaron los soldados shurimanos. La última vez que apareció el Vacío fue allí, fue hace ya miles de años y aunque se cerró el portal fue a un alto coste. La ciudad y las aldeas cercanas quedaron destruidas y la tierra por donde se extendían las raíces de el Vacío jamás a vuelto a ser fértil. Fue una gran ciudad, es más, las ruinas de la antigua ciudad aún perduran medio enterradas en la arena, el desierto parece que tiene miedo a tragársela del todo, además todo lo de alrededor se quedó yermo, la tierra esta muerta y ya no crece nada. Al parecer, solo puedes encontrarte con saqueadores de las arenas si te adentras en la península.

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