Un hilo que nos unió. | Ruinene fic | remake !!

18. after ending

Años han pasado desde todos los acontecimientos ya narrados. Los adolescentes de los que he narrado ya son adultos.

Nene despertó desde muy temprano, puesto que hoy sería el día más esperado de toda su vida. ¡Hoy se casaría con el amor de su vida! Estaba tan emocionada que poco durmió en toda la noche.
Incluso por más temprano que se levantó, no encontró a su prometido por ninguna parte de la casa. —Con que se levantó más temprano que yo... que lindo es.

Las amigas de Nene, entre ellas Emu, estaban bastante emocionadas, tal vez hasta más que la misma Nene. La acompañaron a todo, maquillaje, vestido, todo.

La hora de la boda se acercaba, Nene se veía hermosa en su día.
Un vestido largo, un material parecido al satín. El escote era tipo barco, dejando al descubierto los hombros. El vestido también acentuaba mucho la cintura de la novia, de manera delicada, también acompañado de unos guantes largos y finos. Para finalizar, la falda del vestido es amplia y voluminosa dejando una cola larga y elegante; los múltiples pliegues y capas le dan un acabado parecido de cuento de hadas a la novia.
Se veía como un angel, estaba nerviosa de como reaccionaria Rui al verla.

La ceremonia comenzó.
Rui estaba ya en el recinto, nervioso. ¿Por qué carajos la entrada del novio debe de ser antes? Él estaba tan nervioso.
Todos estaban ansiosos de ver llegar a la novia, más Rui.

Las damas de honor entraron, por lo que anticiparon la entrada de la novia.

Y, finalmente, entró Nene.
Rui se quedó embobado viéndola, se veía como un ángel recién salido del cielo, de verdad que pocas palabras existen para describir la belleza que estaba presenciando.
Ella iba acompañada de su padre, quien la entregó a Rui.
Rui se inclinó en seña de respeto a su suegro, empezando la ceremonia.

—Kamishiro Rui, ¿aceptas a Nene Kusanagi como tu esposa de hoy en adelante, para protegerla y amarla, para bien y para mal, en la riqueza y pobreza, en salud y enfermedad, hasta que la muerte los separe?
—Acepto.
—Y tú, Kusanagi Nene. ¿Aceptas a Kamishiro Rui para ser tu esposo de hoy en adelante?
—Acepto.
—Bueno, puede besar a la novia.

Rui procedió a besar a su ahora esposa. Todos en la sala aplaudieron, y apenas salieron de la iglesia más invitados les tiraron arroz mientras gritaban "¡Vivan los novios!"

La fiesta fue inolvidable, con tan solo mencionar las palabras fiesta y borrachera puedo resumirles todo lo que ocurrió allí.
Nene al realizar la tradición de tirar el ramo, le cayó a una de sus damas de honor, en especifico, Emu, quien sonrió de oreja a oreja a voltear a ver a Tsukasa.
El rubio tragó en seco, un tanto nervioso.

La fiesta siguió hasta su debido fin, donde los novios fueron a tomar su luna de miel en una casa rentada, la cual era bastante linda.

Ya borrachos y solos, la ardiente pasión fue lo que gobernó en esa noche.
Apenas llegaron, los besos desesperados fue lo primero que hicieron. Ya se extrañaban, extrañaban la sensación cálida del cuerpo del otro, necesitaban sentirse siento uno mismo, amándose igual que en el primer día.
Entre suspiros y gemidos, podía conotarse el amor que estos adultos jovenes se tenían entre ambos.
—Mmhm... Ha... Ru-Rui... —entre cortos jadeos, apenas Nene podía pensar. La borrachera y la pasión era lo que controlaba la mente de ambos en ese momento.
—T-Te amo, R-Hahh... —se le dificultó formar una simple frase.

La luna llena era lo único que alumbraba la oscura habitación, pero no era necesaria su luz ya que entre los dos ya se conocían sus cuerpos al derecho y al revés.

En un dado momento de la noche, acabó la pasión y la borrachera pasó un poco.
Estaban abrazados en la cama, a medio vestir y ya muy cansados.
—Nunca pensé acabar así contigo, Rui.
—¿En serio? Yo soñé esto toda mi vida.
Nene alzó una ceja. —¿Soñabas coger conmigo? Pervertido.
—¡No! Me refiero a casarnos.
—Bueno, eso suena más coherente. Pero... ¿quién habría dicho que el destino nos llevaría aquí? Tal vez hemos tenido suerte.
—No siempre es la suerte, tal vez esto ya estaba predilecto.
—¿De qué hablas? —ella soltó una linda risa —¿Acaso ni en tu luna de miel dejarás de usar palabras complicadas?
—¿Conoces la leyenda del hilo rojo?
—Si... recuerdo haber escuchado de ella en primaria.
—Tal vez, existe algo así entre nosotros.
—¿Un hilo rojo nos unió? Vaya, suena fantasioso pero... muy lindo. Incluso con años de novios sigues siendo todo un romántico.
—Claro, siempre lo seré solo para ti.
—Un hilo rojo... creo que no olvidaré eso jamás.
—Si, un hilo que nos unió.

Y así, los recién casados terminaron por dormir abrazados, sabiendo que fue el destino, un hilo que los tenía predilectos a superar cualquier adversidad que se les presentase.

Porque un hilo los unió, y así será por siempre.