𝐃𝐚𝐫𝐤 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐝𝐢𝐬𝐞 - 𝐊𝐢𝐦 𝐑𝐢 𝐀𝐧 [𝑯𝒊𝒆𝒓𝒂𝒓𝒄𝒉𝒚]

once

Culpa

Al llegar la mañana, Hye Jin apenas había dormido. Se sentía agotada emocionalmente por la noche anterior. Su padre la esperaba en el vestíbulo, su expresión seria y severa. No intercambiaron palabras mientras se dirigían hacia el campo de caza. El silencio entre ellos era tenso y pesado, lleno de una ira reprimida por parte de su padre y una angustia palpable por parte de Hye Jin.

El viaje en coche fue incómodo. Ninguno de los dos se atrevió a romper el silencio. Hye Jin miraba por la ventana, sintiendo el peso de la vergüenza y la humillación por lo sucedido la noche anterior. Sabía que había defraudado a su padre y arruinado una reunión crucial para la empresa familiar.

Finalmente, llegaron al bosque donde solían cazar juntos. El aire fresco y el sonido de los pájaros no lograron aliviar la tensión entre ellos. Su padre se detuvo y la miró fijamente, su rostro endurecido por la decepción y la furia contenida.

—Hye Jin, ¿qué demonios te pasó anoche? —dijo su padre finalmente, su voz llena de amargura.

Hye Jin se mordió el labio inferior, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

—Lo siento, papá. No fue mi intención... —comenzó a decir, pero fue interrumpida por la mirada dura de su padre.

—¡Tu intención no importa cuando arruinas deliberadamente todo lo que hemos construido! —gritó su padre, su voz resonando en el bosque—. ¿No te das cuenta de lo que has hecho? ¿Cómo pudiste ser tan estúpida?

Las lágrimas brotaron de los ojos de Hye Jin mientras luchaba por contener el torrente de emociones que la embargaba.

—Lo siento, papá, lo siento mucho —balbuceó, su voz quebrándose.

—¡Lo sientes! ¡Eso no basta, Hye Jin! —rugió su padre, avanzando hacia ella con pasos pesados—. Has deshonrado a nuestra familia frente a los más importantes inversionistas y socios. ¿Crees que esto no tiene consecuencias?

Hye Jin retrocedió, sintiendo cómo cada palabra de su padre la golpeaba como un látigo.

—No sabía que iba a pasar eso. No quería...

—¡No querías! ¡Eso no cambia nada! —la interrumpió su padre, agarrándola por el brazo con firmeza—. Tienes suerte de que no te haya echado de la casa esta misma mañana. Eres un desastre, Hye Jin, un completo desastre.

Las lágrimas corrían por las mejillas de Hye Jin mientras su padre la miraba con desprecio.

—Vamos a cazar, necesitas despejar tu cabeza —dijo su padre, soltándola bruscamente y alejándose.

Hye Jin se quedó sola, con el corazón roto y el alma devastada. No solo había perdido la confianza de su padre, sino que ahora enfrentaba la realidad y la amenaza constante de su acosador. En medio del bosque, rodeada de la naturaleza silenciosa, Hye Jin se sentía más perdida que nunca.