𝐃𝐚𝐫𝐤 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐝𝐢𝐬𝐞 - 𝐊𝐢𝐦 𝐑𝐢 𝐀𝐧 [𝑯𝒊𝒆𝒓𝒂𝒓𝒄𝒉𝒚]

final

Cambios

El sol matutino se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación donde Hye Jin despertó. Sentía el cálido abrazo de Ri An a su lado, su respiración profunda y constante. Aun entre sueños, él la mantenía cerca, como si temiera que se desvaneciera.

Hye Jin se estiró lentamente, tratando de no despertar a Ri An. Miró alrededor de la habitación y sonrió al recordar la noche anterior, llena de conversaciones profundas y confesiones sinceras. Finalmente, Ri An abrió los ojos, mirándola con una ternura que derretía su corazón.

—Buenos días —dijo Hye Jin suavemente, acariciando el cabello de Ri An.

—Buenos días, amor —respondió él, aún medio dormido—. ¿Cómo dormiste?

—Como un bebé. Gracias por todo anoche —dijo, inclinándose para darle un beso en la frente.

Después de unos momentos, ambos se levantaron y decidieron preparar el almuerzo juntos. La cocina de Ri An era moderna y espaciosa, con grandes ventanales que dejaban entrar la luz del sol. Hye Jin se puso un delantal y Ri An hizo lo mismo, sonriéndole con picardía.

—¿Qué te parece si hacemos algo divertido? —sugirió Ri An, abriendo la nevera—. ¿Qué tal si jugamos a ver quién corta las verduras más rápido?

—Me parece que quieres que yo me encargue de cocinar —rió Hye Jin.

Comenzaron a cocinar, riendo y bromeando mientras picaban y salteaban los ingredientes. Ri An se acercó detrás de ella en un momento, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y susurrándole al oído.

—¿Sabes? No podría ser más feliz que en este momento, contigo.

Hye Jin se sonrojó y giró la cabeza para mirarlo, sus ojos brillando con amor.

—Yo también, Ri An. Yo también.

Después de un rato, cuando ya casi habían terminado de preparar el almuerzo, Hye Jin decidió revisar su teléfono. Al encenderlo, fue bombardeada por una avalancha de notificaciones. Sus ojos se abrieron con sorpresa y preocupación al ver las numerosas notas, artículos y mensajes que llenaban su pantalla. Ri An notó su cambio de expresión y se acercó a ella.

—¿Qué pasa? —preguntó, tomando su mano.

—Es... es un caos —dijo Hye Jin, mostrando su teléfono a Ri An—. Los videos que envié a la prensa... se han vuelto virales. Todo el mundo está hablando de ellos, y la empresa está sufriendo algunas pérdidas.

Ri An frunció el ceño, pero apretó su mano con firmeza.

—Sabíamos que esto podría pasar, Hye Jin. Pero también sabíamos que era la única forma de liberarnos del control del señor Lee. Ahora tienes la oportunidad de reconstruir, de no dejarte manipular.