◀️UNO▶️

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La semana de inicio de clases son literalmente aburridas. El primer día de 4to semestre en la preparatoria era igual de aburrida que otros semestres. Igual de tedioso esperar a los profesores, quienes algunos llegaran a trabajar hasta la semana siguiente como mis compañeros.

Mis compañeros. Ellos sí son un caso especial.

Gracias a ellos (incluído mi grupo de amigos), nos entregaron un reporte porque nuestras calificaciones iban en bajada como la que tiene nuestro camino a la escuela.

Estaba en la punta de un cerro. ¿A quién se le ocurrió hacer una escuela en la punta del cerro?

Regresar a clases es horrible y literalmente sofocante, pero es el único lugar donde he podido crecer como persona. Y conocer el amor.

Busco a mis amigos quienes se encuentran hablando con otro compañero de nombre Uziel, que estudia otra carrera técnica. El se encuentra feliz, pues hay una chica que le gusta y apenas comenzaron a hablar.

—Nos tocará en el tercer piso—. Nos avisa de la nada Jennifer, una muchacha llenita cuyo cabello es más largo que la correa de su bolsa y la anterior jefa de grupo. Eso me sorprende que ella lo nota. —Es que parece ser que el salón en que estuvimos ayer, lo convertirán en un audiovisual—.

—¿Ósea que vamos a subir menos? ¡Oh si!—. Ese es Mike, mi mejor amigo.

Había deseado no verlo después del primer semestre, pero debí hacer algo malo anteriormente como para que el Karma me juntara de nuevo con él.
El tipo tenia extraña afición por dibujar penes en cualquier cosa y demostrar que su gay florece de vez en cuando. Por un momento lo creí, hasta que empezó a salir con una chica de la carrera de programador de software. Ahora, tengo entendido que se dieron un tiempo.
Además de que es un poco bajo e intenta dejarse crecer la barba igual que a mí. Si consideras que tres pelitos en el mentón es barba... mientras que a mí me crece una selva.
Somos muy diferentes en cuanto a la apariencia. Yo trato de usar ropa un poco holgada, pero él, la usa más a su medida. A parte, el no usa gafas desde la niñez como yo.

Seguimos el camino al salón, justo antes de entrar escuchó entre los cómicos hablar de algo:

—Es cierto, hay tres chicas nuevas—. Miraron adentro sin notar mi presencia aun y siguieron. —Son hermosas, los de la tarde tienen unas chicas muy hermosas—.

Entro para saber quiénes eran las nuevas. Estas se distinguen rápidamente pues son las únicas que se encuentran en la fila cerca de la puerta acompañadas de 3 chicos más, quienes hablan entre sí. Pero una de ellas se levanta y sale ignorando las miradas lascivas de mis compañeros.

Paso junto a mí, haciendo que el aroma de su perfume se cuele por mi nariz.

Es dulce. Un dulce olor que respiro de nuevo.

Laura Born

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Laura Born. Ese es el nombre de la muchacha del perfume dulce. 

El profesor de Geografía, hizo que nos presentaramos pues es la primera clase que tendríamos con él este año.  Estuvimos atentos con la presentación de los nuevos y yo, al igual que Fernando, otro de mis amigos, con las chicas.  

Laura.

16 años, esbelta sin llegar a la delgadez extrema. Cabello castaño natural y algo adorable, más porque salían unos rizos de su trenza que lleva un poco despeinada. Sus facciones parecen las de una niña, unos pequeños pero proporcionados labios hacían relucir un pequeño lunar en la parte superior del labio.

Físicamente se veía bien, pero solo era eso. Aun con mis escasos 16 años, tengo algo claro: la belleza física puede ser ensombrecida por una actitud grosera o vulgar.

El timbre para el receso comenzó y la vi rodeada de algunas amigas que conozco de otros salones y que conversan con ella de manera animada.
Si es hermosa... Pero no le tomo tanta importancia como los demás.

Un mes después

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Un mes después...

La clase ya casi termina su primera hora de tres tediosas cuando el profesor Cruz se levanto.

—Acabo de revisar sus trabajos impresos sobre las funciones internas de los aparatos electrónicos que escogieron y como saben, hay exposición. Quiero que sean equipos de 4. Dejare sus trabajos en este mesa banco para que escojan uno de los trabajos-. Se sentó y puso el montón de investigaciones a un lado, alejándose un poco.

A pesar de que me siento frente al maestro, sé muy bien que no es buena idea levantarme.

—¡Sparta!- grito uno y todos llegaron por sus hojas de trabajo como si fueran ofertas o algún equipo de futbol acabara de meter un gol.

Mire a mis alrededores, mi fila se abstiene de ir por su trabajo.

Cuando mi mirada quiere divagar más allá del salón, vi una melena y ojos miel mirarme. De manera rápida me siento y suspiro.

Llevaba poco de hablarle a Laura y de alguna modo era reconfortante hacerlo.

Mi ojos piden que vuelva a girar y lo hago, solo que desapareció la melena. Me levanto pero un perfume a dulce me indica que ella está aquí.

—Hola—. esa voz dulce.

—¿Hola?—. Estoy nervioso. ¿Nervioso?

—Quería saber si nos juntábamos para la exposición... Si quieres, claro—. sus mejillas se enrojecen un poco y eso la hace ver más adorable.

—Si—. sonríe y cuando la mayoría tenía su trabajo, fuimos por el nuestro.

Creo que es más atractiva cuando sonríe... Y me gusta que lo haga. 

La otra cara de LauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora