Capitulo_ 8

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Los días transcurrían tranquilos, aunque la realidad para Freddy era muy distinta.
En su casa era un buen hermano y un buen novio de Andreiña intentando hacerla sentir buen con detalles y salidas. En comisaría estaba con Gustabo, patrullaba junto a él, salían a comer y a merendar todo el tiempo y a veces hacían pequeñas escapadas a casa de Isidoro donde el rubio tenía su propia habitación.

La felicidad que sentía el comisario cuando estaba con el subcomisario no tenía comparación, pero eso le daba mucha culpa por las mujeres que lo esperaban por la noche.

Desde aquella noche, en la fiesta que hizo Isidoro en su mansión, no había vuelto a tocar a Andrea. Ella lo había intentado en varias ocaciones, pero en esos momentos él solo lograba imaginarse a Gustabo y eso lo incomodaba demasiado negándose con alguna excusa tonta, así que poco a poco solo dejó de intentarlo.

Ella lo conocía tanto que sabía que algo pasaba, hasta podía tener una muy pequeña sospecha de que él moreno tuviera a alguien más, pero jamás imaginaria que ese sea el rubio novio de su hermana menor.

Mientras tanto, por su lado Gustabo sentía felicidad por todo lo que estaba ocurriendo. Sentía que se había enamorado perdidamente del comisario y podía sentir que era correspondido. Sabía que Trucazo tenía muchos problemas con admitir su sexualidad y costaría mucho que alguna vez quisiera estar juntos de una manera abierta, pero no perdía las esperanzas de que algún día no muy lejano pudiera estar con él como realmente quería hacerlo.

Su mejor amiga era su confidente, no solo por confianza, sino que ella fue testigo de muchas cosas y ayudo a esconderlos. Lexie Green era su mayor aliada en esta relación y sabía que ella deseaba que pudiera cumplir sus sueños con él hombre que amaba.

El tema Heather, bueno eso era más delicado. Había muchas mentiras ahí que pronto debían salir a la luz para poder ser realmente feliz.
Gustabo era el amigo más fiel del grupo, eso nunca sería cuestionado por nadie de ellos. Todos sabían las veces que él se sacrifico por la felicidad de alguno de ellos y está vez lo correcto era retribuir sus acciones en el pasado liberándolo.

Ese día empezó normal en casa del moreno.
Se levantó, se ducho y salió a comisaría. Ya no desayunaba solo en su casa, ahora tenía alguien que lo esperaba todas las mañana para ir juntos.

Llego a comisaría y estacionó en su lugar en el parking.  Miró para el estacionamiento de los subcomisarios y pudo ver el auto de su rubio estacionado. Era extraño porque no solía llegar antes que él.

Rutinariamente, camino a los vestuarios y se cambio la ropa, luego entro a la armería, agarro sus armas y equipo reglamentarios y luego salió por los pasillos del subsuelo para dirigirse al segundo piso.
Subió las escaleras lentamente hasta la puerta que indicaba el piso en cuestión, entró y caminó por los largos pasillos que llevaban a la oficina del superintendente.
Llego a la puerta pero se detuvo sin golpear.

- Me quieres hacer elegir? Sabes que perderías, verdad? No pienso quedarme en esta comisaría una vez que mi padre vaya. - era la voz de Gustabo.
- Yo soy tu padre, no él.
- No vamos a volver a tener esta conversación de nuevo Conway. Si me llamaste solo para esto me voy.
- No! Hay una investigación en la que quiero que trabajes.
- No. Gracias pero no. Busca a otro para tus mierdas. 
- Es tu puto trabajo Garcia.
- Recuerdas como termino la última investigación en la que me hiciste meterme? Paso de movidas viejo.
- Es que, es la misma investigación, de hecho.
- Tu estas de coña verdad? Quieres que vuelva a meterme ahí? Y como se supone que lo haga?

Freddy decidió que era momento de intervenir, golpeó la puerta y sin esperar respuesta entró a la oficina donde ambos hombre se quedaron mirándolo.

Dark secret of the heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora