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Mente fría.
Sentimientos claros.
Nada es suficiente para mi, necesito más para alcanzar la perfección, la perfección en mi.
Para tener mi propio beneficio.
Es por eso que me es difícil comprender la palabra amor, es decir, para mí el amor no es más que una serie de sentimientos innecesarios en la vida y desecharlos es fácil. Las muestras de afecto que doy o que demuestro no son importantes, venir de una familia ausente es comprensible ¿No?, me da completamente igual. Las muestras de afecto en los demás si me importan, con esto solo me refiero a la admiración y la emoción que las personas tenían conmigo cuando sabían que era superior a cualquiera en los X-Games, las palabras que me decían y la obsesión que las chicas tenían conmigo era satisfactorio.
Me gustaba que la atención se centrará en mí.
Pero cualquier otro tipo de sentimientos en los demás no me importaba, son inútiles.
Tener sexo con Max fue solo el comienzo de toda esta jauría que se desataría para el.
Me encantaba tener placer, sentirlo era de lo mejor, tener relaciones con el fue increíble y divertido, en definitiva lo haría las veces que yo quiera, como si fuera un juguete sexual.
¿Cómo si fuera?
Que estoy diciendo, lo es.
En fin... Volvamos a la realidad.
Era el último día de clases, siendo el último sería bastante aburrido y sin nada que pudiera ser de importancia, por eso para quitarle un poco de aburrimiento tenía una grande idea y parte de esa idea iba conmigo a mi lado caminando, Tanque, sosteniendo mis libros a la mano.
Sentía la mirada curiosa de Tanque a un costado de mi, como tratando de hacerme una pregunta.
— Baby, ¿Te puedo preguntar algo? — Al final lo soltó a lo que yo no lo volteé a mirar. — Dime. — Añadí sin mucho interés.
— ¿Dónde estabas anoche? Escuché ruidos en la casa y no pude evitar ver de que o de quien se trataba así que baje cauteloso sin hacer mucho ruido y me sorprendí al verte entrar por la puerta a altas horas de la madrugada, no habías hecho eso.
— No viste nada y no te tiene que importar. Baby, lo que haga o deje de hacer no importa. ¿Esta claro? — Respondí de forma anodina, Tanque me miro desconfiado y yo lo vi seriamente, después de todo tenía razón, no tenía que importarle.
— Está bien... Me preocupo por ti, es todo.
— Si si, mejor hay que apurarnos ya casi comienza la primera clase.
Tanque aún me veía desconfiado, simplemente lo ignore y seguí caminando hasta ver la puerta del salón cerca.
Tanque abrió la puerta y entre yo primero como siempre debía ser. Baje hasta ver un asiento vacío y ahí había uno, junto al mismísimo Max Goof.
