Capítulo 3: Más allá de la primera impresión.—Mi nombre es Odeliah—dijo mientras me ofrecía la mano en señal de saludo—. De hecho, estaba en el mismo autobús que tú.
Genial, un nombre raro que dudo recordar.
Observé su mano y luego a ella. Nadie antes me había saludado así; usualmente hacían una reverencia o evitaban cruzarse en mi camino. Siempre he procurado mantener el mínimo contacto físico con las personas y hablar solo lo necesario. Así ha sido desde que fui a vivir a Rusia.
Pero ya no estaba en Rusia y necesitaba entrar en él personaje.
—Es un placer conocerte, Odeliah —dije finalmente, estrechando su mano con suavidad.—dime Valeska.
Ella sonrió, irradiando una calidez que me descolocó un poco. No estaba acostumbrada a ese tipo de cercanía.
—Y... bueno, ya que estamos entrando en confianza, ¿puedo preguntar por qué elegiste este lugar? —comenzó a jugar nerviosamente con sus manos encima de un libro que estaba sobre sus piernas—. Si se puede preguntar, claro.
—Fue por mis padres —expliqué—. De hecho, ellos se conocieron en esta academia y quería, no sé...
Ella me miró con curiosidad, animándome a continuar.
—Supongo que quería seguir sus pasos de alguna manera —continué—. Sentí que venir aquí me conectaría con ellos, con su historia.
La verdad es que esa no es ni de cerca una de las razones por las que vine a este lugar, pero era la más adecuada para contestar por si me preguntaban y así no levantar sospechas.
Cuando recibí aquel diario, me sentí confundida porque al principio creí que era un error de envío, ya que no había pedido nada. Y cuando lo tuve en mis manos junto con aquella carta, mi confusión se duplicó. Es decir, recibir algo de una persona a la cual no había visto en años era muy extraño.
Al leer las primeras líneas, reconocí inmediatamente la caligrafía. Era de alguien que había sido muy importante en mi vida, pero de quien no había sabido nada durante cuatro años.
"Querida amiga," comenzaba la carta, "sé que esto te sorprenderá, pero hay algo que necesitas saber..."
Por otro lado...
El diario contenía secretos de toda la academia y también de ella. Al pasar las páginas, me di cuenta de que no solo se trataba de recuerdos personales, sino también de revelaciones inquietantes sobre la gente y los eventos que rodeaban nuestra antigua escuela.
Con cada página que leía, mi confusión se transformaba en una urgente necesidad de entender por qué me había enviado este diario. ¿Qué esperaba que hiciera con esta información? ¿Estaba en peligro? ¿Quería que ayudara a destapar estos secretos?
Lo más curioso fue descubrir que los mismos nombres se repetían una y otra vez en la mayoría de páginas de aquel diario al igual que el de ella. Era como si ciertos individuos estuvieran conectados de alguna manera profunda.
¿Qué significaba? ¿Eran simplemente coincidencias o había algo más detrás de todo esto?
Luego, una semana después, me llegó otra carta, pero esta tenía una caligrafía diferente y no tenía nombre de remitente. El sobre era sencillo, sin marcas distintivas. Al sacar la hoja, reconocí que la caligrafía era más elegante y fluida, como si quien la hubiera escrito estuviera acostumbrado a redactar documentos importantes.
La carta decía:
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CRUOR
Teen FictionEstimado/a estudiante: "Bienvenido a nuestra prestigiosa academia, el Angelwood Institute, donde todos son tratados como iguales. Sean ricos o pobres, todos tendrán las mismas oportunidades..." Si eso logró atraparte, prepárate, porque este lugar no...