Capítulo 7: Encuentro inesperado.La cafetería era el lugar que más odiaba en esta academia. Había estado evitándola desde que llegué. Cada hora específica sonaba una alarma que te avisaba cuándo debías ir a comer, pero yo esperaba hasta que estuviera medio vacío para poder comer y comprar lo que sobraba. A veces compraba de más para no tener que ir, pero hoy, cuando iba a revisar mi cajón exclusivo para guardar comida, estaba vacío. El día anterior, debido a la ansiedad, había olvidado guardar para el día siguiente.
Ahora estoy aquí, en la entrada de la cafetería. El ruido al otro lado estaba bloqueado gracias a unas enormes puertas rojas. Había soportado desde muy pequeña ser exhibida ante muchas personas. Eso fue cuando me nombraron única heredera del ducado, y luego de eso, vinieron las muchas reuniones, charlas con personas influyentes, anunciar decretos, y todo eso bajo la atenta mirada de toda Rusia y Turquía. No sé ni qué país tomó la noticia peor al principio, debido al machismo. Así que durante 13 años tuve que esforzarme el doble por cumplir las enormes expectativas que no veían que podía lograr. Lo conseguí, por supuesto, pero tuve ayuda en algunos aspectos de personas a las que les debo la vida, cuando me sentía en una pecera llena de tiburones que esperaban el mínimo movimiento en falso para destrozarme.
Entré con la frente en alto. Los ojos curiosos y las miradas indiscretas no me afectaban. Había aprendido a bloquearlas, a mantenerme firme y segura. Caminé hacia la fila para servirme la comida, ignorando los susurros y las miradas que seguían cada uno de mis movimientos.
Tomé una bandeja de comida y miré todo mientras decidía qué desayunar. Al final, me decidí por yogur griego con arándanos, acompañado de waffles con miel y un jugo de manzana, el cual iba a guardar para después. Con todo listo, me di la vuelta para divisar una mesa sola y la encontré, cerca de las puertas que daban al exterior. No perdí más tiempo y caminé hacia ella. Puse mi bolso en la silla contigua y me senté a comer mi desayuno, el cual estaba delicioso. Desde que llegué no había tenido la oportunidad de comer algo dulce.
Los estudiantes hablaban en susurros, seguramente especulando sobre la chica nueva que había causado tanto alboroto en tan poco tiempo.
Terminé mi yogur y empecé con los waffles, saboreando cada bocado. Me permití un momento de tranquilidad, dejando que el dulce sabor de la miel me reconfortara. Sin embargo, esa paz momentánea se vio interrumpida cuando un grupo de estudiantes entró en la cafetería. Reconocí a algunos de ellos como parte del círculo de Griffin. Mi postura se mantuvo relajada, pero internamente me preparé para cualquier confrontación.
Terminé mi desayuno con calma y bebí un sorbo del jugo de manzana antes de guardarlo en mi bolso. Estaba a punto de levantarme cuando escuché una voz detrás de mí.
—Vaya, ¿disfrutando del desayuno sola? —dijo una voz femenina con un tono de falsa amabilidad.
Me giré lentamente, encontrándome con la mirada de una chica que no había visto antes. Sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y desafío. Aunque no recordaba su nombre, me encargué de investigar a cada uno de sus amigos o, mejor dicho, su séquito de admiradores. No pasó desapercibido el escáner que me hizo, deteniéndose en mi rostro, que es el que más destaca.
—Sí, no he tenido oportunidad de socializar correctamente.—respondí con una sonrisa tranquila—. ¿Te gustaría unirte?
La chica arqueó una ceja, sorprendida por mi invitación. Miró a sus amigos, que observaban la escena con interés. Después de un momento de duda, se sentó frente a mí.
—Soy Verena—dijo, extendiendo la mano.
—Valeska—respondí, estrechando su mano con firmeza.
Verena me estudió por un momento antes de hablar de nuevo.
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CRUOR
Teen FictionEstimado/a estudiante: "Bienvenido a nuestra prestigiosa academia, el Angelwood Institute, donde todos son tratados como iguales. Sean ricos o pobres, todos tendrán las mismas oportunidades..." Si eso logró atraparte, prepárate, porque este lugar no...