Prólogo

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¿Cuál es tu color favorito? Que pregunta tan banal, una pregunta que se hace cuando intentas conocer una persona, una pregunta frecuentada por los niños, una pregunta clásica que se ha convertido en una pregunta importante para conocer a los demás, a aquellos que realmente nos importan, pero lo que es aún más importante que la propia pregunta es la respuesta, nos dice tanto de la persona el color que nos diga, aunque parezca una simple pregunta nos hace sentir, nos ponemos felices cuando una persona que queremos nos dice el mismo color que nos gusta, y cuando no es así, intentamos saber porque es ese, en general, una simple pregunta como esa nos hace sentir, preguntarnos o interesarnos por una persona.

Si me preguntaran esa pregunta cuando era niña, sin pensarlo diría morado, tal vez por mi nombre, tal vez porque siempre que me pasaba algo bueno llevaba una prenda de ese color, e incluso en mi época como universitaria también diría ese color, pero ahora, después de un tiempo, diría el verde, quizás porque fue el color que denominaba en el lugar donde la conocí o también por el color de aquellos inolvidables ojos que siempre estuvieron conmigo.  También, podría ser por la tranquilidad, la calma y la armonía que sentía cuando nos juntábamos, justo lo que significa ese color.

Lo que más me sorprende, o bueno a estas alturas no, es que las respuestas de aquella pregunta a lo largo de mi vida, el verde y el morado, son colores complementarios, es decir, que se completan o se perfeccionan, como ella y yo

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