Capítulo 3

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Pese a saber que la chica que había llegado tarde era ella, era Chiara Oliver, no tenía intenciones de acercarse a ella, más bien no sabía cómo hacerlo, intentó tomar la máxima atención a lo que Mamen decía pero no le resultaba fácil, al final se enteró, por Paul, de que las habitaciones de las chicas estaban en un lado mientras que las de los chicos en el otro, no había mucha diferencia sino una simple escalera, al llegar y tener que separarse se despidió de Paul con un gesto y se acercó a una especie de corcho que es donde ponían las habitaciones, no eran muchas, eran 8 las de ese año. Buscó su nombre, y para su sorpresa y alivio le tocó con Almudena, a quien en realidad le gustaba que le llamasen por Denna, sin darse cuenta también buscó su nombre, Chiara Oliver iba con una tal Ruslana, tampoco se sabía más nombres así que no sabía de quién se trataba.

Al entrar a su habitación, vio que constaba de dos camas separadas por un par de mesitas de noches, dos escritorios cerca pero que no llegan a tocarse y dos puertas, al abrir una se dio cuenta que era un vestidor y la otra supuso que era el baño. En general, era bastante grande pero que se iba a pensar de una escuela con tanto prestigio. Con Denna decidió cual sería su parte y estuvieron hablando por un par de minutos hasta que sintieron que tenían que bajar, al abrir la puerta, la puerta de enfrente se estaba abriendo dejando ver a la chica pelirroja de antes seguida por otra, cuando Violeta reconoció a Chiara, no supo reaccionar y se quedó estática, de hecho, cuando Chiara la vio le pasó lo mismo, esta sabía que era con quien jugó en el parque cuando fue a Motril pero verla tan cambiada, incluso con el pelo pelirrojo le hacía dudar pero al ver esos ojos marrones lo confirmó.

-¿Chicas?- preguntaba Ruslana al ver que ninguna de las dos contestó miró a Denna- ¿Tú sabes que les pasa?-

-Ni idea tía, Violeta.- dijo esto último sacudiendo a la nombrada, que parecía que por fin salía del bucle en el que habían entrado poniéndose del color de su pelo y mirando para todos los lados menos a las personas presentes.

-Eh si, vamos bajando.- cuando lo dijo salió pitando sin darse cuenta que en el momento en el que habló tenía otra vez a Chiara mirándola boca abierta. Denna siguió a Violeta no sin antes despedirse de ambas chicas que todavía parecían no moverse.

-Violeta, sé que no tenemos mucha confianza pero ¿qué ha sido eso?- le preguntó nada más pillarla.

-Se que lo has dicho tú, que apenas tenemos confianza pero te tengo que contar algo fuertísimo, eso sí no me puedes juzgar.- se paró y me miró a los ojos esperando su afirmación.- Vamos y te lo cuento en la puerta así no llegamos tarde.-

-Venga anda Violet.- al llegar Denna la miró espectante.

-Bueno ella es Chiara Oliver, y sé que va a sonar una locura pero cuando yo tenía 5 años siempre iba al mismo parque a jugar pero lo hacía dos días a la semana, siempre los mismos, pero un día decidí ir y me la encontré, estuvimos todo el día jugando, y sin embargo me podía haber olvidado de ella pero es como imposible, siempre la he tenido en mente, es más tengo una pulsera con su nombre que me dio ese día y que he tenido la necesidad de cuidarla y guardarla hasta el día de hoy mira.- se levantó la sudadera y se la enseño, Denna abrió muchos los ojos flipando.- Pero lo más surrealista es que he sabido que ella nada más cuando a entrado tarde, mi corazón se ha acelerado y me lo ha confirmado. Es una locura pero esos ojos verdes nunca los llegué a olvidar. - al terminar de explicárselo, se quedó esperando alguna reacción o algo por parte de Denna.

-Wow, Violeta es increíble, pues yo te creo y por lo que he visto antes, me da a mí que ella también se acuerda de ti.-

-¿Tú crees?-

-Pues claro tonta.- le dijo con una suave risa y tocándole el brazo en modo de apoyo.- ¿Tú sabes de la teoría del hilo rojo?- Violeta negó.- Pues mira te la voy a contar, es de origen oriental, y es un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el lugar, el tiempo o las circunstancias. Este hilo se puedo estirar o contraer pero nunca romper. Yo creo que vosotras lo estáis porque con ese nombre no creo que sea muy de Motril vamos.- ambas rieron y entraron al auditorio donde la directora estaba ya preparada para dar la charla de bienvenida. Violeta se sentó al lado de Denna y poco después se acercó Paul pero no venía solo.

-¿Qué tal chicas? Este es Juanjo mi compañero de habitación, por lo que puedo intuir os ha tocado juntas, ¿verdad?- Ambas me sonrieron a Paul y afirmaron con la cabeza.

-Hola Juanjo, yo soy Denna y ella Violeta.- empezó a presentarse la rubia con naturalidad. Hablaron un poco hasta que la voz de Noemí, la directora empezase a hablar.

-Buenos días a todos, bienvenidos al operación triunfo, espero que hayáis llegado bien y que os adaptéis a esta nueva vida...- Violeta escuchaba atentamente a la directora, después de su presentación, les contó cómo sería la dinámica de ahí, el que cada tres semanas tendría que hacer una actuación que se prepararían con ayuda de algunas clases y profesores, eso sí sin descuidar las clases obligatorias y comunes para todos, en algunos casos estarían con los de un año mayor. Las canciones que deberán versionar las dirían la organización, igual que con quien lo tenían que hacer.

Violeta cada vez estaba más contenta de estar ahí, fueron a comer y se sentaron con Paul y Juanjo, los cuatro se llevaban bastante bien y descubrieron que el maño y Denna eran un dúo cómico muy gracioso así la mayor parte del almuerzo lo pasaron riendo, sin embargo, Violeta no pudo evitar mirar a la mesa de su Kiki, estaba con el niño del bigote y pelo alocado, la pelirroja y con el que había llegado tarde.

-Oye chicos, ¿sabéis cómo se llama el chico que no es el del bigote?- preguntó Denna cuando los cuatro estuvieron mirando a donde lo hacía Violeta.

-Se llama Alex, el y Martin son nuestros vecinos, ambos comparten habitación.- respondió Juanjo.

-¿Te ha molado no?- le soltó Violeta a Denna.

-Si para que engañarnos.- todos se rieron ante tal respuesta.

-Y a Juanjo el otro.- añadió Paul riéndose, ante esto Juanjo se puso rojo negando y ambas chicas se quedaron con la boca abierta.

-Que no que no me gusta ni me atrae ni nada.- declaró Juanjo.

Terminaron la comida y se fueron a la habitación para colocar toda la ropa, que no era poca, y quedaron en verse después ya que tenían la tarde libre y empezarían las clases al día siguiente.

Las chicas empezaron a deshacer sus maletas poniendo un poco de música de fondo, se dieron cuenta de que conectaron bastante bien. Cuando terminaron se fueron a lo que parecía una especia de sala de tiempo libre, solo que esta vez no era esos cuatro se unieron más gente, Naiara y Salma que también compartían cuarto, Bea y Álvaro y por último apareció un tal Cris.

El primer día acabo y ninguna de las dos se decidieron a hablar a la otra, ambas sentían la necesidad de hablar con la otra pero a la vez pensaban en cómo se iban a presentar para entablar la conversación, tenían todavía tiempo para hacerlo, pero eso no significó que ambas se observarán cuando la otra no tenía ni idea.

El parque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora