I know u | BADA LEE|

Inesperado

De todos los 20 coreógrafos que habían en aquel edificio, para la hermosa suerte de Dai, le toco estar con la mismísima Bada Lee, de seguro en su otra vida había sido una asesina o algo había hecho mal para que la condenaran a esta incomodidad. A pesar de que ya había trabajado algunas ocasiones con ella, esto le sonaba a permanente y mas horas de las debidas a su lado.

Se mordió el labio con fuerza y se obligo a dar una sonrisa mientras asentía, lo peor de todo era la reacción de Bada, parecía divertirle aquella situación porque tenia una sonrisa de superioridad.

Maldita

se murmuro Dai, mientras sentía su corazón acelerarse, no entendía como la otra parecía estar tan tranquila.

El silencio incomodo se corto por la llamada entrante en el teléfono de Seungsik, quien atendió de inmediato.

-Las dejo chicas, pónganse de acuerdo, nos vemos.-dijo por ultimo y salió de allí con prisa, dejando a ambas chicas solas.

Dai se levanto y comenzó a recoger su tableta junto a su pluma, pensaba que la reunión le llevaría mas tiempo, estaba dispuesta a irse, le diría a Seungsik que no podía o algo le inventaría, cuando estuvo a punto de salir, Bada le tomo el brazo.

-Mi practica es a las 4 de la tarde, te espero media hora antes para que veamos ángulos y tal vez maquillaje ¿estas de acuerdo?.-murmuro Bada con una cara que Dai no entendía.

-Veras Bada, la verdad es que no tengo tiempo para meterme en otro trabajo...-suspiro Dai mientras sus ojos se topaban con los afilados marrones.

Y es ahí cuando vio en los ojos de Bada cierta ¿tristeza? o ¿decepción? y su corazón se ablando.

-Antes de que digas que no ¿podrías ayudarme solo por hoy?.-pidió Bada y Dai no podía decirle que no, ya lo había hecho antes, una mas no importaba o eso creía ella.

La castaña vio la mano larga tomando su brazo y suspiro, creía que Bada era una perfecta manipuladora, nunca podría decirle que no y menos con su toque o esa mirada que solo ella podía hacerle.

-Esta bien, estaré ahí a las 3:30 para darte retoques y que hablemos de las tomas.-acepto Dai, dandose por vencida ante semejante mujer.

-Muchas gracias, Dai.-Bada la jalo de la cintura y le dio un abrazo.

Y la de menor estatura creyó que era la guerrera mas fuerte, solo asintió y salió de ahí sin mirar atrás, sus mejillas se calentaron y sentía cosquillas en la cintura. Fue a encerrarse a su estudio para terminar sus pendientes y tratar de concentrarse en otra cosa.

Tenia el tiempo encima, no supo en que momento ya eran las 3 con 15, apenas iba terminando la reunión acerca de los vestuarios, afortunadamente todo había salido bien. Se despidió de todos y salió corriendo hasta el decimo piso en donde estaba el salón donde Bada daba clases.

Entro justo cuando el reloj marco las 3 con 30, ella odiaba llegar tarde, así que se felicito por llegar a tiempo, su pelo se enloquecio y trato de arreglárselo, se miro en el gran espejo y dio una mueca, se veía fatal.

Tenia ojeras, su ropa estaba arrugada y parecía que le había pasado un tornado por la cabeza. Dio un gran suspiro dándose por vencida en intentar arreglarlo.

-Que horror.-se dijo mientras se daba la vuelta.

-Te ves bien.-murmuro Bada desde la esquina del salón.

Dai salto del susto y después trago duro al ver a la chica alta solo con pantalones de cargo negros y un top deportivo encima, dejando ver su formado abdomen, se estaba cambiando justo ahí y no le importaba nada. La castaña miro hacia otro lado y comenzó a contar números en su cabeza.