𝗧│Eres mi canción favorita, esa que me eriza la piel y hace mi corazón latir cuando la canto en voz alta.
⎯⎯ Te encontré y ahora no te dejaré ir otra vez.
⎯⎯ Deberás soltarme cuando el momento llegue.
⎯⎯ Encontraré la manera de que te quedes ⎯⎯...
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SOLO HABÍAN PASADO UNAS HORAS DESDE QUE DESPERTÓ, Y RYOTA SE NEGABA A SOLTARLO A PESAR DE ESTAR DORMIDO. MELIODAS SE ENCONTRABA MÁS QUE FELIZ de tenerlo entre sus brazos, acariciando cada mechón de oro.
Su corazón rebosaba de felicidad, pero, aun así, sentía dolor al no poder captar la presencia de su amada por ningún lado. Temía preguntar por ella y derrumbarse al saber la verdad.
⎯⎯ Bienvenido de vuelta, señor Meliodas ⎯⎯ Las lágrimas bajaban de los ojos de Elizabeth.
⎯⎯ Ya estoy aquí ⎯⎯ Besó la cabellera de su hijo, que seguía aferrado a él con fuerza.
⎯⎯ En realidad, ¿Se siente bien? ⎯⎯ La peliplata se acercó temerosa de que se sintiera mal.
⎯⎯ ¡Nunca he estado mejor! ⎯⎯ Río divertido, mirando de reojo la habitación de su hijo ⎯⎯ Todos mis corazones están de vuelta donde deberían.
Zaratras se había quedado en silencio en un rincón de la habitación al ver la felicidad del pequeño rubio, pero también deseaba conversar con su amigo. Aclaró su garganta, llamando la atención de los dos.
⎯⎯ Hey, Zaratras ⎯⎯ Meliodas enmarcó una ceja al verlo vivo ⎯⎯ Estoy sorprendido de verte aquí en el mundo de los vivos
⎯⎯ Me robaste las palabras. Veo que eres tan monstruoso como siempre, Meliodas.
En cuestión de segundos la taberna se balanceó por el golpe dado por cierto mandamiento, que regresó más que furiosa, por lo que pasó horas atrás.
⎯⎯ ¡Salta o serás aplastado! ⎯⎯ Grito Meliodas, tomando entre sus brazos a Elizabeth y Ryota, que seguía adormilado. Los cuatro salieron por la ventana del lugar con Hawk a su lado.
La mamá de Hawk calló y con ella la taberna, que se hizo pedazo con el impacto. La tierra se elevó en un torrente de polvo que los dejó ciegos por unos segundos antes de poder ver a Derieri.
⎯⎯ ¿Qué sucede? ⎯⎯ Los verdes esmeraldas de Ryota buscaron el peligro en cuestión de segundos, pero antes de poder hacer algo, su padre se lanzó contra ella ⎯⎯ ¡Papá!
⎯⎯ ¡Estoy bien! ¡Cuida de ellos! ⎯⎯ Lo miró de reojo antes de centrarse en el mandamiento que tenía frente a él.
⎯⎯ ¡Sí! ⎯⎯ Hizo aparecer su lanza y cuidó de los dos druidas detrás de él.
⎯⎯ ¡Traidor hijo de perra! ⎯⎯ Grito la de cabellos cortos, colérica, antes de arremeter contra el rubio, que solo esquivaba sus ataques.
⎯⎯ De ser posible, me gustaría evitar asesinarte ⎯⎯ La mujer lo inmovilizó y sonrió en grande al sentir calor detrás de ella.
⎯⎯ ¡Ash Dragon! ⎯⎯ Monspeet miró preocupado por la mujer, pero siguió sus órdenes al pie de la letra.
⎯⎯ O al menos es lo que mi interior yo haría dicho ⎯⎯ Meliodas sonrió de manera escalofriante, dejando a Derieri congelada ⎯⎯ Con fuerza la alejó de él y la mandó a volar para poder sacar su tesoro sagrado ⎯⎯ ¡Contraataque!
