La vida de un profesor y estudiante no es para nada sencilla.
El romanticismo entre estas dos vidas distintas podría llegar a sorprenderte.
Dos vidas, Dos relaciones, Dos enseñanzas diferentes.
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Sparta cubría su boca mientras intentaba recapacitar que fue lo que paso.
El dolor de los golpes fueron anulados con aquel primer beso extrañamente """Romántico.""" No sabía si quería que la tierra lo tragara o huir del país y olvidarse de todos.
—¿Cuál es tu problema Gonzalo? ¡Me estás asustando!— Intento retroceder pero Raptor fue más rápido.
Tomo su mano y en un tonto intento de repetir la acción lo detuvo contra la pared.
—Es ese mi problema, no se que me pasa desde que te conozco. Eres un maldito hombre que me vuelve loco día con día ¡Maldita sea! ¿¡No se como aguante no poder besar tu boca!?—
Sparta temblaba mientras observaba sus profundos ojos coloridos y escuchaba esas palabras que deseaba fueran mentira.
No se le era justo, tuvo que soportar grito, ofensa y golpe ¿para que de la nada se confesaran sus sentimientos?
Rabia era lo que sentía.
—¡¿DE QUE MIERDA HABLAS!?— Lo empujó con todas sus fuerzas.—¿¡Has visto mi maldita cara imbecil!? ¡No sabes nada de mi y te atreves a besarme después de todas las cosas hirientes!—
Agarró los palos de paleta de la enfermería y con coraje se los aventó mientras lo veía desde el suelo.
Raptor no se defendió, solo cubría su rostro.
—¡Eres un completo idiota!— Balbuceaba cosas que hicieran sentir mal a su "acompañante".
Después de su intento por entender la situación, se dejo caer mientras las lágrimas salían de sus mejillas con rapidez.
—Un idiota...— Aún sintiendo enojo por la situación, cerro sus ojos y lloro en consolación.
Raptor, notando esto se acercó lentamente. Tomo uno de los brazos de Sparta con delicadeza y este mismo se dejo caer sobre él.
—¿Cómo se que el día de mañana no me volverás a decir gay de mierda?— Sollozo.
—Quiero cambiar, Andrés de verdad deseo ser una mejor persona... no quiero repetir un patrón del que muy seguramente me arrepienta.—
El abrazo incremento fuerza, sosteniéndose fuerte.
—Lo siento si te hice daño, tienes razón, soy un idiota.— Separaron sus cuerpos para verse de nuevo a los ojos.—El problema es que mi ira es difícil de controlar, pero siento que con solo volver a besarte todo pasara a segundo plano... menos tú.—
Lentamente comenzaron a acercar sus labios hasta formar lo que deseaban.
—Voy a creerte Ari, una última vez.—
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