★Capituló 12★

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Aquino y Duxo caminaron con paz en sus cabezas por el parque tranquilamente

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Aquino y Duxo caminaron con paz en sus cabezas por el parque tranquilamente.

La platica parecía tan interesante que decidieron salir a caminar mientras aún hablaban del tema que realmente parecía interesante.

No pudieron parar de hablar de sus gustos, aspiraciones y de donde estudiaron principalmente.

Aquino miraba con una cálida sonrisa el rostro iluminado de Duxo mientras hablaba de como logro especializarse en el arte.

Mágicamente los dos posaron sus miradas, manteniendo contacto visual.

—¿Aquino?—. Aquello hizo despertarlo de su pequeño trance.

—Ah ¿si?—.

—Preguntaba si para ti la química es importante para ti—.

Aquino pensó en el pasado por un momento y sonrió algo apenado.

—Algo así, siempre me gusto todo eso de la ciencia y los métodos científicos. Pero en general, mi sueño no empezó desde tan pequeñito como tu—.

Duxo pareció comprender.

Al poco tiempo sus pies comenzaron a doler, lo que los obligó a sentarse en la primera banca.

En silencio observaron su entorno y el cielo que se hacía más cálido con el paso del tiempo.

—Ya hace algo de frío—. Tirito Aquino.

Duxo, en busca de ser amable, se quito su abrigo y se lo ofreció a su acompañante.

—¡No es necesario!—. Se apresuró a decir apenado.

—Solo tómalo, la escuela tardo mucho en conseguir un maestro de Química que sería el colmo que se enfermera—.

Con un ligero sonrojo lo tomo y se arropó con él.

—Gracias..—.

A pesar de tener los brazos descubiertos, Duxo no sintió incomodidad alguna, solo paz y un sentimiento cálido en su pecho.

—¡¿Pero qué te paso!?—. Escucho casi gritar a Aquino.

Con espanto observó lo que Aquino tanto miraba y sintió su corazón detenerse.

No llevaba puesta sus pulseras y eso era realmente peligroso para su seguridad social.

En un absurdo intento por ocultar las cicatrices, intento cubrirlas con sus manos torpemente. Estaba apenado.

—N-no es nada.. ya no duelen solo están.. eh...—. Sintió sus ojos llenarse de lagrimas.

No le gustaba recordar esa época en donde el bullying era su día a día. Odiaba sentirse tan vulnerable.

Respiro hondo, intentando olvidar el tema.

Era como un pequeño golpe en su cabeza que le recordaba todo lo horrible que le había hecho a su cuerpo.

—¿Estas bien?—. Casi olvidaba que Aquino estaba ahí.

✮𝐄𝐧𝐬𝐞ñ𝐚𝐧𝐳𝐚𝐬 𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 ☼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora