Cap. 1: Engañado.

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El resplandeciente sol se asomaba por las cabezas de los Hokages en una nueva mañana de esta pacífica aldea del País del Fuego, Konohagakure no Sato. En un cuarto solitario y oscuro, al cual le entraban pequeños rayos de sol por una desgastada cortina que se veía sucia, se escuchaba el sonar de un reloj despertador bastante desgastado que parecía haber sido sacado de la basura o algo por el estilo.

"Ring, ring", es lo primero que logra escuchar en la mañana nuestro rubio hiperactivo favorito.

Luego de unos débiles parpadeos y uno que otro quejido por parte del rubio bigotudo, se escucha un grito ahogado de este: "¡MIERDA!", dice Naruto mientras se pone de pie rápidamente, recordando que este sería el día en que finalmente lograría convertirse en ninja.

Lavándose la cara rápidamente con agua fría, ya que era la única que salía, y poniéndose tontamente su mono anaranjado increíblemente molesto para la vista, salió rápidamente de su solitario departamento. Naruto abrió la puerta del lugar en donde estuvo seis años entrenando para convertirse en ninja, algo que finalmente conseguiría hoy. Con su clásica sonrisa deslumbrante, ve el salón de clases en busca de un asiento vacío para poder sentarse. Viendo un asiento vacío atrás del salón al lado de una amplia ventana, se dirige hacia él y procede a tomar asiento. Luego de estar por un tiempo viendo cómo la chica que amaba y una rubia peleaban por un melancólico Sasuke, su rival jurado, Naruto gritó: "¡Hey, Sakura-chan, por qué no te sientas conmigo!", dijo con una radiante y amigable sonrisa. Un chillido en forma de "¡Cállate, Naruto baka!" se escuchó de una pelirosa increíblemente molesta que hizo que todos se taparan los oídos. "Pero Sakura-chan, yo soy mejor que ese emo culo de pato", "¡Shanaro!" se escucha dentro de una amplia frente rosa. "Insultó a nuestro bello Sasuke-kun, ¡cállate, Naruto, no insultes a mi querido Sasuke-kun! Es mucho mejor que tú, no eres más que un niño bobo sin talento y para nada guapo, ni te comparas con mi Sasuke-kun." Naruto, un poco deprimido, simplemente agachó la cabeza entre sus brazos apoyados en la mesa de la academia, pensando en que tal vez después de convertirse en ninja, Sakura-chan querría tener una cita con él.

Mientras pensaba eso, llega Iruka junto al otro sensei llamado Mizuki. "Bueno chicos", dijo Iruka en un tono calmado hacia la clase. Como vio que nadie le prestaba atención, dijo con un grito: "¡CÁLLENSE!", mientras mágicamente le crecía la cabeza haciendo que a todos sus estudiantes les cayera una gota estilo anime. "Hoy haremos la prueba para que sean promovidos finalmente a genin", dijo Iruka ya en un tono más relajado, el cual es el primer paso que da un ninja. "Bueno, empecemos con las pruebas, serán llamados por apellidos."

Luego de que varios compañeros de Naruto hayan sido llamados y, respectivamente, saliendo o no con su banda que indicaba haber sido ascendido a genin, Mizuki gritó: "¡Uzumaki Naruto!". Naruto, viendo que ya es su turno, intenta ocultar el nerviosismo. Realizó su mítica sonrisa acomodando sus gafas, que llevaba en la frente, mientras se paraba de su asiento para ir a realizar la prueba y finalmente ser ascendido a genin. "Bien, Naruto," dijo Iruka, "tendrás que realizar tres jutsus: el jutsu bushin no jutsu, henge, y por último un kawarimi." Naruto palideció cuando escuchó que tendría que realizar un bushin no jutsu, ya que, por mucho que lo intentaba, no lograba realizarlo por alguna razón. Sudando por el nerviosismo, dijo: "E-está bien." Primero se transformó en una linda chica rubia que estaba completamente desnuda, excepto por un pequeño humo que ocultaba sus partes más deseables. Iruka, al ver esto, se puso rojo como un tomate y gritó: "¡Naruto, esa no es una transformación apropiada para realizar en tu ascenso a genin!" Mientras tanto, Mizuki reía sutilmente por las payasadas de Naruto. "Bien, Naruto, da igual, continúa," dijo Iruka intentando recuperar su compostura.

Naruto realizó un kawarimi con una lapicera. "Bien, Naruto," dijo Iruka, "ahora realiza un bushin." Naruto, dudando si lo lograría, intentó realizar uno, pero lo único que consiguió fue un Naruto que parecía de papel mojado y mucho más bobo que el real. Al ver que no lo logró, miró con una cara de tristeza a Iruka-sensei, aguantando una lágrima. "Lo siento, Naruto, pero no te puedo hacer pasar." Naruto, agachando la cabeza en señal de derrota, escuchó a Mizuki decir: "Vamos, Iruka, sabes que se esforzó; hizo los otros dos jutsus muy bien." Naruto, al escuchar esto, rápidamente levantó la cabeza animado, solo para escuchar a Iruka decir: "Sabes que no podemos dejar que pase alguien que ni siquiera puede realizar un simple clon. Lo siento, Naruto-kun, pero sabes que no te podemos dejar pasar sin realizar un clon." "Está bien, sensei, lo intentaré la próxima vez," dijo Naruto con un tono de tristeza, dejando la habitación con la cabeza gacha.

Un comienzo diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora