El encuentro

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Los vientos del Atlántico traían consigo historias de tierras lejanas y misteriosas, donde el poder y la ambición de las naciones europeas se desplegaban sobre el vasto continente americano. En el corazón del imperio español, Nueva España se alzaba como un bastión de riqueza y diversidad. Sus vastos campos de maíz y los antiguos templos aztecas eran testigos de una historia rica y compleja, una mezcla de herencias indígenas y europeas que definían su identidad.

Al otro lado del océano, las Trece Colonias británicas emergían como un mosaico de culturas, cada colonia con su propia identidad pero unidas bajo la bandera de la corona británica. Las pequeñas ciudades y pueblos se desarrollaban rápidamente, reflejando la influencia de sus colonizadores y el espíritu pionero de sus habitantes. La relación entre estas colonias y sus respectivos imperios europeos era compleja, marcada por la lealtad y el deseo de autonomía.

Nueva España y Trece Colonias se conocieron durante una reunión diplomática organizada por sus padres, España y UK. Esta reunión tenía como objetivo discutir asuntos coloniales y fortalecer las relaciones entre los imperios.
La reunión diplomática tuvo lugar en una majestuosa hacienda en las afueras de la Ciudad de Nueva España, rodeada de jardines exuberantes y fuentes adornadas.

Las altas paredes del salón principal estaban decoradas con tapices que narraban las hazañas de los conquistadores y los monarcas europeos. España, con su porte altivo y su mirada penetrante, recibía a su homólogo británico, UK, cuya elegancia y formalidad eran innegables.

—Es un placer recibirte en nuestras tierras, UK. Espero que esta reunión sea fructífera para ambos.

—El placer es mío, España. Confío en que nuestras discusiones serán beneficiosas para nuestras colonias—dijo el inglés mientras apretaba el hombro de su pequeña colonia.

—Por supuesto que lo será.

Mientras los adultos discutían sobre tratados y políticas, los jóvenes Nueva España y Trece Colonias se encontraban en un rincón más apartado, observando el intercambio con una mezcla de curiosidad y aburrimiento, al mismo tiempo, sintiendo cierto desagrado por el olor de vino y perfume que había en el lugar.

Nueva España decidió culminar con aquel silencio que fluía entre ellos.

—Hola, soy Nueva España—saludó el chico sonriente. Trece Colonias se mantuvo reservado evitando su mirada.

—Soy Trece Colonias...,encantado, Nueva España—le respondió educado y evitando sonar altanero.

—¿Te gustaría ver algunos de nuestros templos antiguos?

Trece Colonias miró hacia los adultos, seguían platicando y bebiendo, no parecían culminar pronto. Al final el chico sonrió y con entusiasmo y curiosidad, aceptó la petición del contrario. Nueva España sin más preámbulos sujetó al de ojos azules de la mano y, con regocijo, se lo llevó hacia la salida del lugar. Así pues, los dos jóvenes ya alejados del bullicio de la reunión, caminaron por los jardines de la hacienda.

Nueva España le mostró a Trece Colonias un pequeño monumento oculto entre los frondosos y enormes árboles, un vestigio del antiguo imperio azteca. Trece Colonias, impresionado, escuchaba con atención, fascinado por las historias que Nueva España compartía con entusiasmo sobre ellas.

—Este es uno de los muchos templos que nuestros antepasados construyeron—le explicaba a su homologo con pasión y nostalgia. Algo que, notó Trece Colonias.— Cada piedra tiene una historia, y cada rincón guarda secretos antiguos.

—Es increíble, Nueva España. En nuestras tierras tenemos algunos edificios históricos..., pero nada tan antiguo y lleno de misterio como esto—dijo apoyándose sobre una gran piedra sin dejar de admirar la maravilla ante sus ojos.
—Es envidiable...

Nueva España entrecerró sus ojitos con incertidumbre en su mirada, preguntó.

— ¿Qué quieres decir?

—Mientras tú conservas vestigios de tu antigua identidad, yo no tengo nada parecido.

— Oh..—no sabia qué responderle, desvió la mirada inquieto. Hasta que se le ocurrió algo. Sonrió. — ¡Pero eso no significa que puedas comenzar a sembrar nuevas!

Trece Colonias tranquilo y conmovido sólo río por lo bajo— Sí, creo que tienes razón. Eso haré.

Hablando y explorando Nueva España y Trece Colonias encontraron más puntos en común de lo que esperaban. Compartían historias de sus aventuras y descubrimientos, riendo y disfrutando de la compañía del otro. A medida que el sol se ocultaba en el horizonte, ambos sabían que habían encontrado un amigo especial, alguien con quien compartir sus sueños y aspiraciones después de tanto tiempo.

Para su mala suerte, ya era hora de decir adiós.

—Espero y nos vuelvan a visitar, estaremos encantados de recibirlos—hizo saber España, a su lado el pequeño Nueva España.

— Por supuesto, mi buen amigo. Después de todo... —miró a ambas colonias— Esto nos beneficia a ambos. Despídete, Trece Colonias —demandó el hombre de sombrero de copa, dándole un pequeño golpe en la espalda a su hijo.

—Ha sido un placer conocerte, Nueva España. Espero que podamos vernos de nuevo pronto.

—¡Sí! Lo mismo digo, Trece Colonias. Estoy seguro de que tendremos muchas más aventuras juntos —dijo con una sonrisa y un brillo en los ojos. Trece Colonias quedó hipnotizado por un momento, tragó saliva y desvió la mirada, ocultándose tras su padre.

Mientras los dos jóvenes se despedían, sentían que una nueva etapa había comenzado en sus vidas. La amistad que habían iniciado tenía el potencial de crecer y transformarse, a pesar de las distancias y las diferencias. Con una promesa de futuros encuentros, cada uno regresaba a su mundo, llevando consigo los recuerdos de su primer encuentro. Esa noche, en sus aposentos, Nueva España cobijado entre sus sedosas sabanas exportadas del más lejano continente, no dejó de pensar...

             ¿Por qué me siento así?

Por otro lado, en un carruaje, observando la fría y oscura noche, Trece Colonias también permanecía pensativo.

                     ¿Podría ser...?

Los sentimientos que empezaban a florecer entre ellos eran un misterio emocionante y aterrador. Esto sólo comenzaba para las pequeñas colonias.

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Fin capítulo 1


El Viaje de Dos Colonias (USAMEX) CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora