La Caída de un Imperio

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Las tensiones entre México y Estados Unidos alcanzaron un punto crítico cuando comenzaron a surgir rumores de planes expansionistas al norte. Estados Unidos, con su visión de un destino manifiesto, se volvía cada vez más audaz en sus ambiciones territoriales. La presión externa, sumada a los problemas internos, seguía provocando un clima de inestabilidad en el Imperio Mexicano.

Y el colapso no se hizo esperar. Menos de dos años después de su proclamación, el emperador Iturbide fue derrocado y México se convirtió en una república. La transición fue dolorosa y caótica, pero también necesaria. La república, aunque frágil, ofrecía una nueva esperanza para la nación.

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Estados Unidos respiró hondo mientras ajustaba el lazo del paquete que sostenía. El regalo que había elegido para México no era solo un obsequio; representaba su esperanza de reconciliación, su deseo de reparar lo que las recientes tensiones habían roto. Sabía que México había estado muy serio y desanimado desde la caída de su imperio, por lo que, junto a Canadá, se había esforzado en encontrar algo que pudiera animarlo.

Con cada paso hacia la residencia de México, sentía un nudo en el estómago, mezcla de ansiedad y expectativa. Aunque sabía que las cosas no habían sido fáciles entre ellos, estaba decidido a arreglarlo.

Un mejor novio, es lo que debo ser.

Pensó el americano.

Cuando llegó, México lo recibió con asombro y una sonrisa tímida, pero Estados Unidos no pudo evitar notar la tensión en sus ojos, una sombra que no había estado ahí antes. Decidió ignorarlo por el momento y se centró en su plan: recuperar el amor de su amado México.

—Feliz cumpleaños, my lovedijo, mostrándole el regalo con una sonrisa sincera—. Sé que las cosas han estado complicadas, pero quiero que sepas que estoy aquí para arreglarlo.

México tomó el paquete, su sonrisa vacilante mientras lo aceptaba. Al leer la etiqueta, una mezcla de tristeza y culpa asomó en su mirada. Estados Unidos observó con el corazón acelerado cómo México intentaba mantenerse firme, pero la ansiedad no tardó en reflejarse en su rostro.

—Gra-gracias, USA —respondió México en un murmullo, algo sorprendido al darse cuenta de que había olvidado su propio cumpleaños. Lo dejó pasar y señaló el sofá para que Estados Unidos se pusiera cómodo.

Estados Unidos sintió un pequeño alivio por las palabras y la amabilidad de México al dejarlo entrar. Sin embargo, antes de que pudieran sentarse y decirle a su pareja que abriera el regalo, algo en la esquina de uno de los muebles captó la atención de USA. Era un sobre elegantemente doblado, olvidado sobre una mesa. Sus ojos se entrecerraron al reconocer el sello en la esquina.

—¿Qué es eso? —preguntó Estados Unidos, con un tono más frío de lo que pretendía, señalando el sobre.

México se tensó visiblemente, su corazón comenzó a latir con fuerza y un miedo repentino lo invadió.

—Es… solo un documento… algo sin importancia —balbuceó, intentando desviar la mirada de la carta.

Estados Unidos, ignorando las palabras de su novio, se acercó al sobre con pasos decididos. Tomó el papel entre sus dedos, su rostro endurecido mientras examinaba el sello: era el de Reino Unido.

—¿Sin importancia? —murmuró con una voz cargada de desconfianza. Desdobló el sobre con un movimiento brusco, y sus ojos recorrieron rápidamente las primeras líneas. Su expresión se transformó en una mezcla de incredulidad, furia y un profundo dolor que brillaba en su mirada.

El Viaje de Dos Colonias (USAMEX) CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora